Reflexión (Efesios 2: 4-5 y Hechos 15: 1-21)

Efesios 2: 4-5

Pero Dios, que es rico en misericordia, por causa del gran amor con que nos amó, aun cuando estábamos muertos ennuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia habéis sido salvados)

 

Lo que dicen estos versos es que nada de lo que hagamos nos hace merecedores de el perdón de Dios, de su salvación, sino solo el arrepentimiento de lo actuado por ignorancia, y la fe en nuestro Señor Jesucristo.

 

Mientras reflexionaba en estos versos y uniendo lo que recibimos la mañana de ayer en oración, sobre el arrepentimiento, me di cuenta que estos versos mal enseñados, pueden hacer creer a la gente que se es salvo, sin la necesidad de arrepentirse verdaderamente, y esto es falso.

 

Sin verdadero arrepentimiento, (cambio de manera de pensar) no hay salvación, en otras palabras la salvación es un don de Dios, es por gracia, pero involucra de parte de nosotros un arrepentimiento, que indica una constante búsqueda en hacer su voluntad, de cambio de mente y de verdadero fruto.

 

No es posible que habiendo probado la misericordia de Dios, vuelva a practicar permanentemente las mismas cosas de las que fui perdonado, en otras palabras, a lo mejor puedo caer, pero mis costumbres van a cambiar. Entro en un proceso.

 

Fíjese lo que le pasó a la iglesia al comienzo: (La mezcla de los primeros convertidos gentiles no fue fácil)

 

Hechos 15: 1-21

Y algunos descendieron de Judea y enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos. Como Pablo y Bernabé tuvieran gran disensión y debate con ellos, los hermanos determinaron que Pablo y Bernabé, y algunos otros de ellos subieran a Jerusalén a los apóstoles y a los ancianos para tratar esta cuestiónAsí que, siendo enviados por la iglesia, pasaron por Fenicia y Samaria, relatando detalladamente la conversión de los gentiles, y causaban gran gozo a todos los hermanos. Cuando llegaron a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia, los apóstoles y los ancianos, e informaron de todo lo que Dios había hecho con ellos. Pero algunos de la secta de los fariseos que habían creído, se levantaron diciendo: Es necesario circuncidarlos y mandarles que guarden la ley de Moisés.

Entonces los apóstoles y los ancianos se reunieron para considerar este asunto. Y después de mucho debate, Pedro se levantó y les dijo: Hermanos, vosotros sabéis que en los primeros días Dios escogió de entre vosotros que por mi boca los gentiles oyeran la palabra del evangelio y creyeran. Y Dios, que conoce el corazón, les dio testimonio dándoles el Espíritu Santo, así como también nos lo dio a nosotros; y ninguna distinción hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones. 10 Ahora pues, ¿por qué tentáis a Dios poniendo sobre el cuello de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? 11 Creemos más bien que somos salvos por la gracia del Señor Jesús, de la misma manera que ellos también lo son.

12 Toda la multitud hizo silencio, y escuchaban a Bernabé y a Pablo, que relataban las señales y prodigios que Dios había hecho entre los gentiles por medio de ellos. 13 Cuando terminaron de hablar, Jacobo respondió, diciendo: Escuchadme, hermanos. 14 Simón ha relatado cómo Dios al principio tuvo a bien tomar de entre los gentiles un pueblo para su nombre.15 Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, tal como está escrito:

16 Después de esto volveré, y reedificare el tabernáculo de David que ha caído.

Y reedificare sus ruinas, y lo levantaré de nuevo, 17 para que el resto de los hombres busque al Señor, y todos los gentiles que son llamados por mi nombre,

18 dice el Señor, que hace saber todo esto desde tiempos antiguos.

19 Por tanto, yo opino que no molestemos a los que de entre los gentiles se convierten a Dios, 20 sino que les escribamos que se abstengan de cosas contaminadas por los ídolos, de fornicación, de lo estrangulado y de sangre. 21 Porque Moisés desde generaciones antiguas tiene en cada ciudad quienes lo prediquen, pues todos los días de reposo es leído en las sinagogas. 

 

Para mi es un asunto de respeto mutuo, de no querer ser piedra de tropiezo el uno para el otro, ni siquiera se trata de ser buenito por uno sino por amor a los demás, por buen testimonio, es decir por amor a Dios y al prójimo.

 

Los judíos convertidos tenían mas conocimiento de de Dios, pues habían estudiado la Thorá, y los nuevos gentiles no, por lo tanto los unos eran mas fuertes y los otros más débiles. Si se les permitía a los gentiles hacer lo que era su costumbre antes de conocer a Dios y no se los amonestaba en las cosas elementales, la salvación a través de Jesucristo vendría a ser una confusión para los judíos, pues ahora podrían hacer cualquier cosa ya no importaba la cultura de la ley de Moisés, y no es así.

 

Y para los gentiles, sería lo mismo, si ahora que eran salvos se tenían que someter inmediatamente a todas las leyes.

 

Es decir había una tolerancia equilibrada de parte y parte con un corazón enseñable de parte de los débiles y un corazón piadoso de los mas fuertes.

 

Bendiciones

Hugo Oberti