Capítulo 10. El amor

 

 

Esta es la esencia de nuestra naturaleza espiritual, de los nacidos de nuevo. EL AMOR.

 

Siempre el Señor nos hablo de un evangelio más profundo, El  nunca hablaba de cosas superficiales y externas siempre hablaba de la condición del interior, y decía que si eso cambiaba entonces todo cambiaría, es un asunto del espíritu, es del interior.

 

Veamos:

 

1 Juan 4:1 – 8

 

Queridos hermanos,  no crean a cualquiera que pretenda estar inspirado por el Espíritu, sino sométanlo a prueba para ver si es de Dios,  porque han salido por el mundo muchos falsos profetas.

En esto pueden discernir quién tiene el Espíritu de Dios: todo profeta* que reconoce que Jesucristo ha venido en cuerpo humano,  es de Dios; todo profeta que no reconoce a Jesús,  no es de Dios sino del anticristo.  Ustedes han oído que éste viene;  en efecto,  ya está en el mundo.

Ustedes,  queridos hijos,  son de Dios y han vencido a esos falsos profetas,  porque el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo.

Ellos son del mundo;  por eso hablan desde el punto de vista del mundo, y el mundo los escucha.

Nosotros somos de Dios,  y todo el que conoce a Dios nos escucha;  pero el que no es de Dios no nos escucha.  Así distinguimos entre el Espíritu de la verdad y el espíritu del engaño.

Queridos hermanos,  amémonos los unos a los otros,  porque el amor viene de Dios,  y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce.

El que no ama no conoce a Dios,  porque Dios es amor.

 

La esencia de Dios es AMOR, esto lo sabemos todos los que hemos nacido de nuevo, hemos probado de su amor y su misericordia, la que nadie nos dio, ningún humano, por más cercano que sea, así sea padre o madre, o esposa o esposo, o hijo, nadie nos dio ese amor que el nos dio y nos sigue dando.

 

Esta es la esencia de Dios. AMOR. Pero Dios es Espíritu por lo tanto hablamos de un amor espiritual, no de un amor carnal, la gente cree que el amor es aceptar todo el que dice haber venido de Dios.

 

El apóstol Juan habla a los hijos de Dios y les dice que no crean a cualquiera que dice que el Espíritu Santo lo inspiró, porque hay falsos profetas en el mundo y que ya se ha manifestado el espíritu del anticristo, es decir hay gente que tiene ese espíritu y obedece a ese espíritu, aún hablando cosas de Dios.

Pero ¿Que es un anticristo?, es alguien que se opone a Cristo, o también que dice ser Cristo, la correcta definición de esto es importante, la religión nos dice que solo alguien que no puede decir con su boca que Cristo es El Señor, el hijo de Dios, que este está endemoniado, y pertenece al anticristo, pero lo cierto es que otra definición de anticristo, es alguien que toma el lugar de Cristo, alguien que habla cosas de Cristo, pero que se oponen a las enseñanzas de nuestro Señor, aunque tengan apariencia de bondad.

Pero dice que los que tiene el Espíritu Santo, si se dan cuenta de esto, los que cultivan esta relación con Dios a través del Espíritu Santo, los que conocen al Padre, no pueden ser engañados.

Y luego dice algo muy interesante: Ellos son del mundo;  por eso hablan desde el punto de vista del mundo, y el mundo los escucha.

 

La gente que es del mundo si escucha a estos espíritus engañadores, pero los que no son del mundo sino de Dios estos, esto están aparte, no escuchan ni se quieren juntar con ellos.

Por ejemplo, la religión a pesar de que habla del nuevo nacimiento, no reconoce lo que es del Espíritu de Dios sino que te empuja a admitir que debes de escuchar a todos los que pertenecen a la religión que tú sigues, porque eso se llama unidad y amor.

Mentira del diablo.!!!

Esto no es lo que dice el apóstol Juan, dice todo lo contrario, que el amor viene de Dios y los que son de Dios se reconocen entre sí, se escuchan y se aman.

No dice que  no hay que amar al prójimo, porque prójimo es todo el que está cerca de ti, endemoniado o no, lo que dice es no escuches a los que son del mundo y del anticristo, los que hablan de Cristo, pero son manejados por otro espíritu contrario.

Este amor que viene de Dios no lo fabrica el hombre, la religión fabrica cosas y le pone títulos y etiquetas, como la de amor, pero el que nace de Dios, es su hijo y tiene la naturaleza del Padre, ama.

Este es el verdadero amor, no el que viene de la carne de las emociones sino el que nace en el Espíritu, porque sólo el Espíritu conoce Dios, y los que son del Espíritu, nacidos de nuevo, conocen a Dios y reconocen el amor  sobrenatural que Dios puso en ellos.

¿Cómo así?

Porque reconocen primero el amor de Dios por nosotros, esto les da confianza, no es sus acciones ni esfuerzos, sino en que Dios los ama, por eso no temen a la muerte están seguros de comparecer ante Dios y de seguir luchando, porque saben que son hijos.

Fíjese esto: esta carta del apóstol Juan está dirigida a los hermanos, no a los del mundo, está dirigida a los hermanos espirituales para que no se junten con los que dicen predicar a nuestro Señor, haciéndose pasar por seguidores de Cristo, pero tienen el espíritu del anticristo, pero si deben de amar al prójimo.

Por eso termina este capítulo diciendo:

1 Juan 4:20 -21

 

Si alguien afirma: “Yo amo a Dios”,  pero odia a su hermano, es un mentiroso;  pues el que no ama a su hermano,  a quien ha visto,  no puede amar a Dios,  a quien no ha visto.

Y él nos ha dado este mandamiento: el que ama a Dios,  ame también a su hermano.

 

Habla específicamente del amor entre hermanos, dice, el que no ama a su hermano, es un mentiroso, un hipócrita. Y peor puede amar a Dios, la gente dice yo amo a Dios, pero no refleja el amor a su hermano, entonces dice el apóstol, este no puede amar a Dios, aunque lo diga con su boca.

 

Esta es una señal de que somos discípulos del Señor, dice el apóstol Juan.

 

Juan 13:34 -35

 

“Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros.  Así como yo los he amado,  también ustedes deben amarse los unos a los otros.”

 

De este modo todos sabrán que son mis discípulos,  si se aman los unos a los otros.

 

¿Por qué  dice que era un mandamiento nuevo?

¿Si El ya había hablado de amor al prójimo? Porque ahora habla del amor entre hermanos, no entre el prójimo.

Lucas 10:27

 

“Como respuesta el hombre citó: Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón,  con toda tu alma,  con todas tus fuerzas y con toda tu mente, y: Ama a tu prójimo como a ti mismo.”

 

Es más nuestro Padre Celestial, ya lo había dictado en el antiguo testamento:

 

Levíticos 19:18

 

“No seas vengativo con tu prójimo,  ni le guardes rencor.  Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.”

 

Entonces ¿a que mandamiento nuevo se refería El Señor al decir, ámense unos a otros cómo El nos amó y que en eso reconoceríamos que éramos sus discípulos?

Parecería ser que una cosa es ser hermanos y discípulos y otra es ser prójimo, aquí radica la diferencia.

A los hermanos nacidos de nuevo hay que amarlos de una manera especial, se debe estar unidos de una forma especial, no porque sean perfectos sino porque son nacidos de nuevo del Espíritu, al prójimo hay que amarlo, pero no puedo unirme a el de la misma forma.

El samaritano que recogió al caído y golpeado por el robo de unos asaltantes, no se quedó a vivir con el, lo ayudó, lo curó sanó sus heridas y siguió su destino, ¿porqué? porque era el prójimo, pero no era su hermano.

Lucas 10:25 -37

 

“En esto se presentó un experto en la ley y,  para poner a prueba a Jesús,  le hizo esta pregunta: Maestro,  ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?

Jesús replicó: ¿Qué está escrito en la ley?  ¿Cómo la interpretas tú?

Como respuesta el hombre citó: Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón,  con toda tu alma,  con todas tus fuerzas y con toda tu mente’, y: Ama a tu prójimo como a ti mismo.–Bien contestado –le dijo Jesús–.  Haz eso y vivirás.

Pero él quería justificarse,  así que le preguntó a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?

Jesús respondió: Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó,  y cayó en manos de unos ladrones.  Le quitaron la ropa,  lo golpearon y se fueron,  dejándolo medio muerto.

Resulta que viajaba por el mismo camino un sacerdote quien,  al verlo,  se desvió y siguió de largo.

Así también llegó a aquel lugar un levita,  y al verlo,  se desvió y siguió de largo.

Pero un samaritano que iba de viaje llegó a donde estaba el hombre y,  viéndolo,  se compadeció de él.

Se acercó,  le curó las heridas con vino y aceite,  y se las vendó.  Luego lo montó sobre su propia cabalgadura,  lo llevó a un alojamiento y lo cuidó.

Al día siguiente,  sacó dos monedas de plata y se las dio al dueño del alojamiento.  ‘Cuídemelo –le dijo–,  y lo que gaste usted de más,  se lo pagaré cuando yo vuelva.’

¿Cuál de estos tres piensas que demostró ser el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?

–El que se compadeció de él –contestó el experto en la ley.  –Anda entonces y haz tú lo mismo –concluyó Jesús.

 

La pregunta de quién era el prójimo, no era sobre el hombre que estaba caído, era sobre los tres que pasaron por el camino: dos de ellos eran hermanos: el sacerdote y el levita, el otro era considerado enemigo.

¿Cuál de los tres crees tú que fue el prójimo del asaltado? El samaritano enemigo dijo el fariseo y le dejó callada la boca, ya que ellos sólo amaban a los de su clase, entonces debemos de aprender algo de todo esto, amar al prójimo, aunque esté endemoniado, y amar a los hermanos como Cristo nos amó, en definitiva, creo que no se debe de dar la vida por un endemoniado que quiere ser endemoniado y quiere continuar dejándose usar por el diablo.

Entonces así se puede amar al enemigo, espiritualmente, pero el que no ama al enemigo es cómo los dos estos, no tiene amor por el prójimo, difícilmente tendrá un amor sacrificial por los hermanos. Con esto liquidó a los fariseos, si estos no llegaban ni a prójimo, peor van a amar a los hermanos, sólo amarían a los que estuvieran de acuerdo con ellos o les hicieran algún favor.

En buen romance, para amar a los hermanos, debemos de amar al prójimo primero, esta ley es más excelente, si ya amas a tu prójimo entonces estamos hablando que podrás  amar a tus hermanos.

Pero quiero que vea esto, el prójimo, o sea el samaritano no se quedó, siguió su camino, porque no era hermano, sino sólo prójimo, el amor no llegaba al punto de vender sus principios por un sentimiento, porque el sentimiento es gobernado por el alma, aunque era un buen sentimiento, lo podría desviar de su fe.

¿Estamos? Yo debo amar a todos porque son mi prójimo, pero debo estar dispuesto a dar la vida por mis hermanos.

El mensaje del fariseo, conocedor de la ley, era real, como muchos que conocen de biblia, conocía la ley, o podemos decir hoy, conocía la palabra, pero su vida real era diferente. No había conocido el amor de Dios.

El mensaje de Nuestro Señor era un mensaje totalmente diferente.

El religioso, trata de fabricar un amor, que ningún hombre puede fabricar, solo viene de Dios, en el que es nacido de nuevo, el religioso no puede ser sincero,  porque no le nace, no puede ser libre.

Debe de buscar a Dios y entregarse en sus manos para que El lo moldee. Caín era un religioso, la gente solo lo etiqueta como asesino, pero el era un hombre devoto, hacía sacrificios, pero religiosos.

Gen 4:3

 

Tiempo después,  Caín presentó al Señor una ofrenda del fruto de la tierra.

 

Caín fue el primero que presentó una ofrenda a Jehová según dice la biblia, la biblia no registra otra persona antes, pero cuando fue confrontado respecto a una actitud del corazón, ya no pudo más, el problema de él era del corazón, interno, no externo, el si presentó ofrenda.

 

Gen 4:5.7

 

Pero no miró así a Caín ni a su ofrenda.  Por eso Caín se enfureció y andaba cabizbajo. Entonces el Señor le dijo:”¿Por qué estás tan enojado?  ¿Por qué andas cabizbajo? Si hicieras lo bueno,  podrías andar con la frente en alto.  Pero si haces lo malo,  el pecado te acecha,  como una fiera lista para atraparte.  No obstante,  tú puedes dominarlo.

 

Entonces Caín no pudo soportar el que Dios mirara mejor la ofrenda de Abel, y dentro de él pasó lo que Dios le había advertido, la fiera lo atacaría, y el no quiso dominarla.

 

¿Sabe porqué rechazó Dios la ofrenda de Caín?

 

Porque su motivación era errónea, el tenía una ofrenda con apariencia de devoción, pero su corazón estaba errado.

Esta es la característica del espíritu religioso, se fija mucho en lo externo, no conoce lo que es del espíritu, defiende la forma pero no mira la esencia, se basa sólo en mandamientos aprendidos de memoria, cuela el mosquito, y se traga el camello, le meten gato por liebre.

 

Todos somos religiosos de alguna manera, está en nuestra naturaleza Adámica, Adam después de su pecado, siguió con actividades religiosas, pero ya no tenía comunión con Dios, porque sólo se puede andar en el Espíritu, para librarse de este espíritu.

 

El espíritu religioso, falsifica todo, es hábil para confundir, pero el que tiene revelación y discernimiento de espíritus, no puede ser confundido.

 

Lo que más daña la religión es el amor carnal, la gente no entiende el verdadero mensaje respecto al verdadero amor de nuestro Salvador

 

El nuevo hombre nos es el viejo barnizado, nacer de nuevo no es practicar cosas que hace la religión, asistir a cultos, orar, leer la palabra, todo esto es bueno, pero con el espíritu correcto, sin el espíritu correcto, no sirve para nada sino para asentar más el espíritu religioso.

 

Dios crea en nosotros una naturaleza santa a través de su espíritu, el que nace de nuevo está tan conmovido por el amor de Dios que solo, lo mueve la misericordia.

 

El hombre natural no puede producir verdadero amor, tiene que nacer de nuevo, la naturaleza carnal solo mira primero lo suyo, es egocéntrica, solo busca beneficio personal, no estamos hablando de la propia estima de lo que somos en Dios, estamos hablando de egocentrismo de conveniencia personal, por eso solo el nacido de nuevo puede amar de esta forma, si se nos revela esto, muchos de los problemas que tenemos se solucionarían en nuestras relaciones y tendríamos una actitud correcta con los demás, en nuestras relaciones el matrimonio, no diríamos tanta cosa de nuestra naturaleza carnal y nos llenaríamos del amor de Dios.

 

1 Corintios  13: 1-2

 

Si hablo en lenguas humanas y angelicales,  pero no tengo amor,  no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido.

Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento,  y si tengo una fe que logra trasladar montañas,  pero me falta el amor,  no soy nada.

 

O sea de nada me sirve todo lo que se menciona, el hablar en lenguas, el profetizar, sino tengo amor. Los demonios también hablan en lenguas y profetizan, pero no tiene el carácter de Dios, solo usan métodos religiosos para tratar de imitar lo que es de Dios. El amor es la clave de los frutos.

 

O sea en español, se puede falsificar todo esto, milagros poderosos, como mover una montaña, pero si no se tiene amor, esto es una falsificación del diablo de una obra de Dios, para capturar a la gente en una religión basada en las manifestaciones.

 

Hay tres palabras griegas para amor: Eros, Phileo, y Agape.

 

Eros: que es el amor sexual

Phileo: que es el amor fraternal de amigos.

Agape: que es el amor espiritual, el amor de Dios.

 

Efesios 3:17-19

 

Para que por fe Cristo habite en sus corazones.  Y pido que,  arraigados y cimentados en amor, puedan comprender,  junto con todos los santos,  cuán ancho y largo,  alto y profundo es el amor de Cristo; en fin,  que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento,  para que sean llenos de la plenitud de Dios.