Capítulo 12. La Salvación

 

La mayoría de nosotros cuando ponemos la mirada en la crucifixión de nuestro Señor Jesucristo, siempre nos fijamos en todo el dolor que tuvo que soportar en su cuerpo, la corona de espinas, los latigazos, los golpes, los clavos en sus manos y en sus pies, y esta es la parte del cuerpo, la parte más visible de su sacrificio para darnos salvación y la redención, pero el no solo sufrió en su cuerpo, también sufrió en su alma y en su espíritu, para que nuestra redención no sólo sea del cuerpo, sino también del alma y del espíritu.

Si captamos bien esta palabra, podremos recibir mejor lo que ya tenemos en todo nuestro ser por este sacrificio, no sólo redención de nuestros pecados, sino regeneración completa de todo nuestro ser.

Si el sacrificio hubiera sido solo en el cuerpo, la redención no habría sido completa.

Es importante verlo de este aspecto, para entender bien lo que somos ahora en Cristo.

Romanos 5:12

 

Por tanto,  como el pecado entró en el mundo por un hombre,  y por el pecado la muerte,  así la muerte pasó a todos los hombres,  por cuanto todos pecaron.

 

La muerte siempre llega a través del pecado. Adam pecó y la muerte entró en la humanidad.

¿Qué muerte?, si Adam no murió físicamente, bueno,  primero la muerte espiritual, que es la capacidad que el hombre se pueda comunicar con Dios, y luego por supuesto con los años le llegó la muerte física también.

Pero veamos bien, no solo se nos pasó este problema de la muerte espiritual a toda la humanidad, es en todo nuestro ser: espíritu, alma y cuerpo.

El hombre que peca debe de morir, nadie puede hacerlo por el, ningún animal, ningún ángel puede morir por el hombre, tiene que morir el mismo. Por esto es que Nuestro Señor Jesucristo, tuvo que venir en forma de hombre a morir, un hombre tenía que ser juzgado para expiación del pecado y luego poder  darnos vida, por eso El se hace hombre y muere como sustituto de los hombres, ahora sí, un hombre por otro hombre:

Juan 5:21 – 24

 

Porque como el Padre levanta a los muertos,  y les da vida,  así también el Hijo a los que quiere da vida.

Porque el Padre a nadie juzga,  sino que todo el juicio dio al Hijo, para  que todos honren al Hijo como honran al Padre.  El que no honra al Hijo,  no honra al Padre que le envió.

De cierto,  de cierto os digo: El que oye mi palabra,  y cree al que me envió, tiene vida eterna;  y no vendrá a condenación,  mas ha pasado de muerte a vida.

 

Bueno aquí hay una expresión muy interesante para asimilar. El Padre a nadie Juzga, el que juzga es el hijo, y el hijo entonces muere para darnos la vida, Adam nos dio muerte, Jesucristo nos da vida.

Pero, ¿de qué vida estamos hablando? De toda la vida, cuerpo, alma y espíritu.

Ya está, todo es nuevo, y debemos de apropiarnos de esa revelación, y vivir conforme a esta naturaleza nueva. Esto es lo que tenemos que ver, la obra completa de nuestro Señor Jesucristo a nuestro favor, pero a veces nos es difícil aceptar que cosas sucedan a través de una persona por nosotros, como que debemos de participar también nosotros.

A muchos les resulta difícil aceptar que por Adam, todos somos pecadores, y a lo mejor es más fácil aceptar, porque es más conveniente, que por Jesús, (un solo hombre) todos somos perdonados solo por uno.

Pero veamos mejor la figura en la biblia para aceptar esta redención total:

 

Hebreos 7:1

 

Porque este Melquisedec, rey de Salem,  sacerdote del Dios Altísimo,  que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes,  y le bendijo,

 

El escritor de esta epístola a los judíos está tratando de explicar el superior sacerdocio de Cristo, y les dice que es mejor que el de los levitas, quienes eran los sacerdotes del templo según la ley.

 

Debemos de recordar que solo los descendientes de la tribu de Leví podían ser sacerdotes, pero Jesús no podía ser sacerdote porque venía de la tribu de Judá, pero en este relato, el escritor  les recuerda las escrituras en génesis en que decían que el padre Abraham, se había reunido con este rey de Salem,  y este rey bendice a Abraham.

 

Según la ley nadie podía bendecir si no era superior en rango. Entonces este rey de Salem era superior.

 

Sigamos:

 

Hebreos 7:2.4

 

A  quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo;  cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia,  y también Rey de Salem,  esto es,  Rey de paz; sin padre,  sin madre,  sin genealogía;  que ni tiene principio de días,  ni fin de vida,  sino hecho semejante al Hijo de Dios,  permanece sacerdote para siempre.

 

Considerad,  pues,  cuán grande era éste,  a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín.

 

Raro este Melquisedec Pero era muy grande, dice semejante  a Cristo, sacerdote para siempre.

 

Hebreos 7:9.10  Y por decirlo así,  en Abraham pagó el diezmo también Leví,  que recibe los diezmos; porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro.

 

Según el modelo judío, los levitas o sea los sacerdotes reciben los diezmos, pero aquí dice que Leví diezmó a Melquisedec a pesar de que no existía todavía. ¿Cómo así? Pues porque dice que estaba en los lomos, o sea era de su descendencia y vendría a la vida.

 

Abraham, tuvo como hijo a Issac, este a Jacob, y Jacob a Leví. ¿Podemos ver lo que es estar en los lomos?

 

Entonces como Abraham diezmó, Leví también diezmó por ser su bisnieto, aunque no estuviera presente en el hecho, y por lo tanto era menor que Melquisedec también.

 

Igual sucede con Adam, su pecado es pecado de todos los hombres, pues la humanidad entera estaba en los lomos de Adam.

 

E igual sucede con Cristo, cuando el fue juzgado, todos los que lo aceptarían como salvador, ya también fueron juzgados, nosotros estábamos en ese juicio¡¡¡

 

Entonces veamos todos los sufrimientos que Jesús padeció, para que entendamos con ese hecho, que pasó a través de nosotros los que creemos en el como el hijo de Dios, pues  estábamos también presente en sus lomos, en el mismo momento del juicio.

 

1.- Los sufrimientos en su cuerpo, estos son los más notorios y reconocidos por todos, sin embargo vamos a ver algo de ellos.

 

Cada elemento tenía que pasar por una regeneración:

 

Sus manos, juzgadas y purificadas por los clavos, para que nuestras  manos no busquen el pecado.

 

Los pies traspasados por clavos para enderezar nuestro caminar.

 

La corona de espinas, su espalda, sus lomos, en fin todo su cuerpo.

Todo esto ya estaba profetizado que ocurriría en el antiguo testamento.

 

Salmos 22.16/Zacarías 12:10

 

Salmo 22:16  Porque perros me han rodeado;

Me ha cercado cuadrilla de malignos;

Horadaron mis manos y mis pies.

 

Zacarías 12:10  Y derramaré sobre la casa de David,  y sobre los moradores de Jerusalén,  espíritu de gracia y de oración;  y mirarán a mí,  a quien traspasaron,  y llorarán como se llora por hijo unigénito,  afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.

 

 

2.-Pero no fue solo su cuerpo, sino también su alma

 

En el alma es donde uno tiene conciencia de uno mismo, y el tenía que tener conciencia de lo que iba a pasar.

Antes de ser crucificado le quisieron dar a tomar vino con mirra para mitigar el dolor, pero El no lo aceptó, porque sabía que debía estar consciente de su dolor. Para que tu y yo no tuviéramos más dolor por las cosas del mundo.

 

Veamos lo que decía el Señor:

 

Juan 16:20  De cierto,  de cierto os digo,  que vosotros lloraréis y lamentaréis,  y el mundo se alegrará;  pero aunque vosotros estéis tristes,  vuestra tristeza se convertirá en gozo.

16:21  La mujer cuando da a luz,  tiene dolor,  porque ha llegado su hora;  pero después que ha dado a luz un niño,  ya no se acuerda de la angustia,  por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo.

 

 

16:22  También vosotros ahora tenéis tristeza;  pero os volveré a ver,  y se gozará vuestro corazón,  y nadie os quitará vuestro gozo.

 

Este dolor es la palabra griega lupe: que significa dolor físico y mental.

 

Por su dolor entonces nosotros debemos estar en gozo siempre.

 

Otra cosa que pasó El Señor fue “vergüenza”

La vergüenza es un asunto del alma, es un sentimiento, y El pasó por todo tipo de vergüenza, fue tratado como a un esclavo, privado de toda su libertad, muerte en la cruz como esclavo,  fue desnudado ante Pilatos y antes de ser crucificado los soldados le quitaron la túnica, y lo volvieron a dejar desnudo.

¡El hijo de Dios! desnudo, El que había sudo recibido con palmas en Jerusalem, hoy estaba desnudo y repudiado, ¿No sería esto vergonzoso para El?

¿Para qué pasó esta vergüenza? Para que tu ya no tengas vergüenza, en el mundo puede haber alguien que hable mal de ti como de los apóstoles inclusive por tus propios errores, pero si tienes vergüenza te detienes y no te levantas, eso es lo que quiere el enemigo, pero Cristo murió para que no tengas mas vergüenzas, abogado tienes, te humillas y aunque los hombres te condenen, tu no debes permitir que la vergüenza te detenga.

Psa 89:45  Has acortado los días de su juventud;

Le has cubierto de afrenta.  Selah

 

David, haciendo referencia de lo que El Mesías, la afrenta que tendría que pasar, su sufrimiento en el alma.

 

Hebreos 12:1  Por tanto,  nosotros también,  teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos,  despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia,  y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,

12:2  puestos los ojos en Jesús,  el autor y consumador de la fe,  el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz,  menospreciando el oprobio,  y se sentó a la diestra del trono de Dios.

12:3  Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo,  para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.

 

Fíjese esta condición previa a correr bien, despojarse de pesos en el alma, porque el peso nos impide correr.

 

Y enseguida hace mención del oprobio sufrido por Jesús, así el escritor nos da ánimos para que nuestra alma sea libre de este sentimiento, que el ya soportó en la cruz. Para poder servir adecuadamente.

 

¿Sabe lo que es pasar oprobio? Pasar vergüenza, para seguir al Señor debemos estar listos en nuestro corazón contra esto, si tratamos de defendernos estorbaremos nuestro destino. El Señor ya lo decía en el sermón del monte.

 

Lucas 6:22  Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan,  y cuando os aparten de sí,  y os vituperen,  y desechen vuestro nombre como malo,  por causa del Hijo del Hombre.

 

Sólo así podemos seguir, como Jesús, dice que te apartarán de si, hasta los que se decían tus hermanos, porque decides no andar en esa forma, te dirán malo, pero por causa de El y su voluntad, no importa, para esto debemos tener el alma atada a la voluntad de Dios, cosa que ya está hecha en realidad en a cruz, como estamos viendo.

 

¡Vivamos esa libertad en el alma!

 

Veamos lo que pasó el alma del Señor:

 

Juan 12:26-27

Si alguno me sirve,  sígame;  y donde yo estuviere,  allí también estará mi servidor.  Si alguno me sirviere,  mi Padre le honrará.

Ahora está turbada mi alma;  ¿y qué diré?  ¿Padre,  sálvame de esta hora?  Mas para esto he llegado a esta hora.

 

Dice que para poder servirle, hay que estar donde El está, seguir sus pasos,

 

¿Dónde está ahora? En lugares celestiales, ¿Cómo llegó allí? soportando El por nosotros la turbación del alma. ya no necesitas que se turbe tu alma.

 

¡Cómo nos ubicamos en los lugares celestiales? ¿Con el alma turbada?

 

No

Debemos posicionarnos y decirle: ¡alma mentirosa!

 

No podemos aceptar la turbación del alma, el que tenía que turbarse ya se turbó, confía en El.

Solo así seremos efectivos y podremos escuchar su voz, fuera de la turbación.

 

Podemos dar muchos ejemplos:

 

Lucas 10:41  Respondiendo Jesús,  le dijo: Marta,  Marta,  afanada y turbada estás con muchas cosas.

10:42  Pero sólo una cosa es necesaria;  y María ha escogido la buena parte,  la cual no le será quitada

 

La turbación te hace perder lo más importante escuchar la voz de Dios, vivir en los frutos del Espíritu

 

 

Juan 10:24  Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma?  Si tú eres el Cristo,  dínoslo abiertamente.

 

El no se turbaba, los enemigos se turbaban, así debe de ser con nosotros, si estamos turbados no servimos para nada, no somos efectivos.

 

Evidentemente debemos de tener en cuenta no solo el sufrimiento del cuerpo, para darnos resurrección y cuerpos glorificados en el futuro, sino también cuanto sufrió en su alma, es importante que veamos esto para posicionarnos de esta libertad a ser señalados.

 

Ya tenemos esta libertad por su sufrimiento en el alma.

 

Mateo 26:38  Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste,  hasta la muerte;  quedaos aquí,  y velad conmigo.

 

¿Se ha fijado usted en esto?, seguro que sabe de este pasaje, pero ¿ha reflexionado sobre cómo se sentía el Señor en el alma, en su interior?

 

Isaías 53:10  Con todo eso,  Jehová quiso quebrantarlo,  sujetándole a padecimiento.  Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado,  verá linaje,  vivirá por largos días,  y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.

 

Isa 53:11  Verá el fruto de la aflicción de su alma,  y quedará satisfecho;  por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos,  y llevará las iniquidades de ellos.

 

Isa 53:12  Por tanto,  yo le daré parte con los grandes,  y con los fuertes repartirá despojos;  por cuanto derramó su vida hasta la muerte,  y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos,  y orado por los transgresores.

 

Otra vez su alma sufriría aflicción y verá su fruto en muchos, y quedará satisfecho dice.

 

¿Sabe qué pasa? Nosotros no debemos permitir que la vergüenza ante el hombre nos detenga, el temor, las dudas, la turbación,  aún en medio de tus errores, reconócelos, arrepiéntete y avanza, pero no permitas que un incircunciso te señale y te sientas avergonzado y detenido en tu caminar, acepta tus errores y la exhortación de un hermano con humildad, pero no permitas que esto te detenga sino que reconozcas que la obra de la vergüenza ya fue expuesta en la cruz.

 

3.- También sufrió su espíritu.

 

Esta es la parte que se comunica con Dios, nuestro Señor Jesucristo, estaba en constante comunicación con el Padre a través de que había sido llenado del Espíritu Santo, pero en el  momento que estaba en la cruz, su Padre lo abandonó.

 

El exclama:

 

Mateo 27:46

 

Cerca de la hora novena,  Jesús clamó a gran voz,  diciendo: Elí,  Elí,  ¿lama sabactani?  Esto es: Dios mío,  Dios mío,  ¿por qué me has desamparado?

 

Evidentemente el Espíritu lo dejó, por eso sintió el abandono del Padre.

 

Mientras estaba desarrollando su misión en la tierra, nunca dudó siempre sabía que su Padre lo respaldaba, pero en la cruz, fue muy duro, hacerlo sin el respaldo de su Padre.

 

Abandonado por los hombres y abandonado por su Padre, pero era necesario,  para que de sus lomos saliera una generación de hijos justificados y con un espíritu renovado lleno de vida, y estoy hablando nuestro espíritu, no del Espíritu Santo, lo que quiero decir es que nuestro espíritu ya es libre, por eso podemos y debemos volar como las águilas.

 

Lo único que podía separar a Jesús y al hombre de Dios es el pecado.

 

Entonces ¿cómo se separó del Padre si El era sin mancha?

 

¿Pero El era sin mancha? Sí, pero sobre el estuvieron tus pecados, entonces Dios se separó.

 

Perdió toda su fuerza inclusive espiritual, para que nosotros seamos fortalecidos.

 

Salmo 22:14  He sido derramado como aguas,

Y todos mis huesos se descoyuntaron;

Mi corazón fue como cera,

Derritiéndose en medio de mis entrañas.

Psa 22:15  Como un tiesto se secó mi vigor,

Y mi lengua se pegó a mi paladar,

Y me has puesto en el polvo de la muerte.

 

El espíritu de Dios lo dejó, quizá hasta podríamos decir como un hombre cualquiera común y corriente sin Dios en ese momento, su vigor se secó, su lengua se pegó al paladar, su corazón se derritió en medio de sus entrañas

 

Y no solo eso, sino que el espíritu del diablo lo ridiculizó

 

Salmo 22:11  No te alejes de mí,  porque la angustia está cerca;

Porque no hay quien ayude.

22:12  Me han rodeado muchos toros;

Fuertes toros de Basán me han cercado.

22:13  Abrieron sobre mí su boca

Como león rapaz y rugiente.

 

22:16  Porque perros me han rodeado;

Me ha cercado cuadrilla de malignos;

Horadaron mis manos y mis pies.

 

El espíritu del hombre se exalta tanto que debe de ser quebrantado para que pueda seguir a Dios.

 

Continuaremos

 

Hugo Oberti