Capitulo 13. La reveldía del Hombre

La rebeldía del hombre

Una de las funciones del alma, es la voluntad y en ella se encuentra nuestro verdadero yo, en realidad el alma es el timón que dirige nuestro futuro.

Cuando usted dice: Yo quiero, yo decido, yo deseo, es su voluntad la que está tomando el control de todo su ser, cuerpo alma y espíritu todos están siendo conducidos por el camino que usted decidió de acuerdo a su voluntad.

Es el pensamiento llevado a la acción, usted puede pensar o sentir algo bueno o malo, pero esto no viene a la realidad a menos que usted decida hacerlo; por eso tantas ideas buenas, proyectos buenos, o tantas ideas malas o proyectos malos, no se llevan a cabo porque usted en su voluntad decide no hacerlo.

Todos tenemos cierto grado de obediencia o desobediencia  a lo que sabemos que es bueno o malo, y muchas veces nos conformamos con solo cierto grado de obediencia, calificándonos como buenas personas.

Cuando se tiene victoria en no hacer cosas que sabemos que no son agradables a Dios, es porque tomamos la decisión de apartarlas de nuestra mente, pero hay otras cosas que sabemos  que son malas y nos dominan, las aceptamos, pero realmente es nuestra voluntad que no quiere apartarlos, decimos que no podemos, pero en realidad es no queremos, porque nos deleitamos en cierta forma en ellos, también ocurre con las buenas cosas, encuentro a gente que tiene buenas ideas, pero no las llevan a cabo, ideas puestas por el Espíritu Santo, pero que nunca toman la decisión de ejecutarlas, están como acostumbrados a un patrón de vida, en otras palabras Dios nos pone las ideas en nuestro espíritu pero nosotros decidimos muchas veces no llevarlas a cabo.

En el primer caso fue bueno, evitar que las malas ideas se completen, pero en el segundo caso fue malo, pues la voluntad de Dios en ti, es truncada por la desobediencia y la comodidad, todo esto finalmente fue producto de un “yo decido”.

Por todo esto yo considero que este es el componente más importante de nuestra alma, este componente que llamamos voluntad, porque este determina tu avance en El Señor o tu retroceso, no basta la sola revelación de la palabra de Dios, si no sometes tu voluntad a esta palabra recibida, nuestra vida en El Señor sigue siendo muy superficial.

La salvación llega a su clímax de cumplimiento, cuando salva también nuestra voluntad, si nuestra voluntad no es salvada de los deseos y direcciones personales y los impuestos por el mundo, y no se rinde completamente al Señor, no seremos efectivos para cumplir con nuestro rol en esta tierra.

Podemos experimentar gozo, consuelo, sentimientos agradables, entender la majestad de Dios, su grandeza, acumular mucho conocimiento maravilloso, pero, ¿seremos efectivos si nuestra voluntad no está unida a la de El?, yo creo que no, y por esto es que necesitamos unirnos cada vez más a los propósitos de Dios con nuestra vida, y la de nuestras naciones.

El hombre es libre siempre de escoger, tiene su voluntad libre, la iglesia no puede imponerle las cosas a los seguidores, Dios no lo hace, por lo tanto ningún hombre debería hacerlo, modelos autoritarios no son modelos de Dios, repasemos la creación en el Génesis.

Génesis 2:16 -17

 

 “Y le dio este mandato: “Puedes comer de todos los árboles del jardín,  pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer.  El día que de él comas,  ciertamente morirás.”

 

Dios le dio un mandato y le explicó las consecuencias de desobedecerlo, pero nunca lo obligó. Adam tenía que tomar esa decisión. Dios dijo: esto te ordeno  que hagas, este es mi decreto en el huerto, Yo soy el dueño de todo y pongo este reglamento, te prohíbo terminantemente que comas del conocimiento del bien y del mal; es más, te voy a explicar que te va a pasar si lo haces, aunque no tendría por qué, pero te lo voy a explicar,  si comes de ese árbol morirás.

¿Se imagina este Dios? El dice: esta es mi ley, pero además te voy a explicar, las estructuras religiosas dan instrucciones, explican las consecuencias de la desobediencia pero quieren controlar, quieren manipular, quieren obligar, aún con buenas intenciones. Dios no es así.

Debemos volver al modelo original del Reino, en la creación: Dios no podía impedirle a Adam tomar esa decisión, porque el mismo se había impuesto esa regla de la voluntad al crear al hombre. Dios no creó una máquina, le dejó la libertad para pecar, para rebelarse, para mentir, para traicionarlo, qué difícil situación se puso el mismo con este detalle de la libre voluntad,  ante la posibilidad de una rebelión.

¿Podía Dios usar otros métodos para que obedeciera? Por supuesto, pero no lo hizo, El no es un manipulador, el que manipula la voluntad del hombre es el diablo.

En otras palabras, todo método de manipulación y maquinación para gobernar y controlar a la gente o atraerla hacia sí, no es de Dios, es del diablo.

¿Cómo es que Dios crea un mundo y se pone en desventaja con el diablo?, porque este también tiene su voluntad, y de hecho decidió desobedecer a Dios, pero además Dios le permite al diablo manipular a la gente, con mentiras, cosa que El no hace, porque El es verdad y dice la verdad, la respuesta es que a Dios se lo sigue por amor, no por presión.

Yo  encuentro que hay una forma en que El puede intervenir para moldear nuestra vida, cuando tú y yo damos nuestro consentimiento.

En mi experiencia personal cuando le he dicho “has conmigo lo que quieras, yo quiero hacer tu voluntad” muchas veces he pasado por situaciones fuertes, por eso le recomiendo que tenga cuidado cuando usted lo autoriza a Dios a actuar en su vida. Dios lo toma en serio y a lo mejor Su intervención no será de la manera más agradable para usted, pero finalmente será para su bien, de eso pude estar seguro.

El problema de la herencia  del pecado por Adam, fue doble, porque Adam tenía una voluntad libre pero escuchaba claramente la voz de Dios, nosotros heredamos esa libertad en la voluntad, pero sin la posibilidad de escuchar a Dios, puesto que el hombre no tiene el Espíritu Santo, o sea sin posibilidad de escuchar la voz de Dios, sólo la gente que acepta a Cristo como salvador, pude comenzar a tener esa relación. Entonces el hombre común hereda una voluntad en un medio sin escuchar la voz de Dios, donde puede ser manipulado; recuerde, Jesús dice “ Yo soy el camino la verdad y la vida, nadie llega al Padre sino por mí” No hay otra forma de recuperar la comunicación con Dios sino por el hijo, no hay ciencia, sabiduría humana o buenas intenciones, solo Cristo.

Pero aún para los que estamos en Jesucristo el tema se vuelve complicado, sino aprendemos a escuchar la voz del Espíritu, pues solo por ella podemos saber la voluntad de Dios.

En definitiva el ser humano sin Cristo, está en toda la situación de ser un hombre “carnal”, su naturaleza está corrompida. ¿Puede agradar a Dios? No puede, porque no lo escucha, no sabe su voluntad, todos los métodos que fabrique para adorar y hacer la voluntad de Dios serán inútiles.

Pero veamos otros versículos en los que nos explica el apóstol Juan en qué forma empleamos nuestra voluntad para no ser rebeldes al llamado de Dios.

 

Juan 1:12-13

 

 Mas a cuantos lo recibieron,  a los que creen en su nombre,  les dio el derecho de ser hijos de Dios. Éstos no nacen de la sangre,  ni por deseos naturales,  ni por voluntad humana,  sino que nacen de Dios.

 

Aquí dice no hay tu voluntad humana, ni aún nuestra propia voluntad que nos hagan nacer de nuevo, sólo se puede por la voluntad de Dios, pero luego dice:

 

Juan 5:39 .40

 

Ustedes estudian con diligencia las Escrituras porque piensan que en ellas hallan la vida eterna.  ¡Y son ellas las que dan testimonio en mi favor!, sin embargo,  ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida.

 

En estos versos dice que en las escrituras hay la evidencia de que nuestro Señor Jesucristo es el camino para encontrar esa vida eterna y había gente que las estudiaba en forma muy seria, pero que no lo podía ver, en otras palabras el estudio basado en querer llenarse de conocimiento embriaga al hombre intelectualmente  y no permite ver el mensaje espiritual de la palabra.

 

 

Si yo decido aceptar una religión y acercarme a Dios de manera natural y desprecio al mundo, o acepto pertenecer a esta religión, por la herencia de mis antepasados, no ocurre absolutamente nada.

 

Si decido hacerme cristiano en un momento de emoción, tampoco pasó nada en mi vida.

 

Entonces,  ¿Cuál debe de ser entonces la respuesta del hombre al ofrecimiento de Dios?

 

Poner mi voluntad en rendirme y  en aceptar el amor de Dios, aceptar la vida que el Espíritu Santo me ofrece, entonces seré salvo, mi voluntad está, no en el hacer algo para conseguir la nueva vida, sino en rendirme y aceptarla.

 

Si el hombre mismo origina esta búsqueda de Dios, entonces llega a fundar una religión, pero si el hombre sólo desea aceptar lo que Dios le ofrece, entonces será salvo. Esta es la verdadera experiencia de la salvación. ¿Podemos darnos cuenta?

 

Todo lo que sucede de nuestra propia naturaleza es inaceptable para Dios, aún cuando busquemos algo tan importante como la salvación. Dios no mira la apariencia de las cosas sean grandes o sea pequeñas sino el lugar donde se originan, en nosotros o en El.

 

Nosotros somos salvos no porque nosotros queremos ser salvos sino porque El quiere que nos salvemos. Este es el inicio de nuestra vida en Cristo y esta es la forma de seguir la vida en Jesucristo hacia la madurez, si lo hacemos de otra manera, encontraremos muchas derrotas en nuestra vida.

 

La salvación no es por nuestros méritos, no se la gana, solamente se la recibe. Entonces podríamos decir inclusive que la rebelión del hombre no está en su falta de obediencia en sí, sino en la falta de aceptación de lo que Dios hace. ¿Sabe por qué? Porque cuando el Espíritu Santo muestra nuestra realidad de pecado, solamente nos queda aceptar su juicio. Ya está, ¿Cómo discutir con Dios ante tanta evidencia?

 

Pero cuando El mismo nos muestra un camino de salvación tan fácil, enseguida lo que nos toca es tomarlo, por esto al aceptar la vida que Dios nos ofrece y negarnos al mundo, a Satanás y al yo, también nuestra voluntad es renovada.

 

Esta voluntad es la parte más importante de nuestra alma, porque su mente puede se desviada  sus sentidos desordenados, pero la voluntad no se puede dar el lujo de equivocarse. Volvemos al ejemplo del inicio, hasta un pensamiento raro y malo puede entrar en mi mente humana, una emoción equivocada que altere mis sentidos, pero la voluntad no puede equivocarse, porque me arrastra a un camino de equivocación y años de desviación.

 

 

Efesios 4:17-19 

 

Así que les digo esto y les insisto en el Señor: no vivan más con pensamientos frívolos como los paganos. A causa de la ignorancia que los domina y por la dureza de su corazón, éstos tienen oscurecido el entendimiento y están alejados de la vida que proviene de Dios. Han perdido toda vergüenza,  se han entregado a la inmoralidad,  y no se sacian de cometer toda clase de actos indecentes.

 

Luego de hablar Pablo de los 5 ministerios y de la unidad del cuerpo, en que cada uno cumple su función, efesios 4.11 en adelante, comienza a hablar de los gentiles que tienen el corazón endurecido así cómo a algunos judíos e les había endurecido el corazón, estos gentiles habían comenzado bien, pero se habían entregado otra vez al control de los pensamientos de este mundo en forma voluntaria, y su entendimiento se les había endurecido, porque se basaban en su propio criterio, y dice: están alejados de la vida que proviene de Dios, solo quieren hacer su propia vida.

 

 

¿Qué hacían?

Robaban.

 

Efesios 4:28

 

El que robaba,  que no robe más,  sino que trabaje honradamente con las manos para tener qué compartir con los necesitados.

 

Se dedicaban a conversar cosas sin valor, que traían contaminación a su vida.

 

Efesios 4:29

 

Eviten toda conversación obscena.  Por el contrario,  que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan.

 

Y termina diciendo que estas cosas agravian, ofenden a Dios.

 

Efesios 4:30  No agravien al Espíritu Santo de Dios,  con el cual fueron sellados para el día de la redención. Abandonen toda amargura,  ira y enojo,  gritos y calumnias,  y toda forma de malicia.

 

Efesios 4:32  Más bien,  sean bondadosos y compasivos unos con otros,  y perdónense mutuamente,  así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.

 

¿Leímos esto? Dice que el que tiene amargura, enojos calumnias, gritos, esto es una forma de malicia, es actuar voluntariamente con mala fe. No se resisten a este deseo.

 

La palabra dice que hagamos todo lo contrario, cuando la naturaleza de Dios forma parte de nosotros, entonces nosotros somos compasivos, perdonamos, no calumniamos, esto es producto de nuestra voluntad rendida a la naturaleza de Dios.

 

 

Por eso dice

 

Lucas 17:33  El que procure conservar su vida,  la perderá;  y el que la pierda,  la conservará.

 

¿Qué loco, verdad? Poner nuestro esfuerzo en salvar la vida, nos hace perder la vida de Dios, entonces que tenemos que hacer, dejarla ir, que muera, en esto si se ejerce la voluntad, en dejarla ir la vida de la carne, no esforzarse en retener nuestro yo y dejar que Cristo viva en mí.

 

Así vamos a conocer lo espiritual, y no vivir con los pensamientos de la carne, como los paganos.

 

¿Por qué es importante que se salve nuestra voluntad?

Porque es la que determinará nuestro futuro.

 

El cuerpo que es la manifestación visible de nuestro ser, también tendrá que someterse a nuestra voluntad.

La efectividad más grande del hombre se produce cuando su voluntad se une a la voluntad de Dios.

Podemos hasta tener pensamientos de acuerdo con Dios, pero sino son sometidos a la unión de voluntades con Dios, no sirven para nada.

 

Si logramos que nuestra voluntad se salve, entonces lo demás queda incluido. Aquí esta nuestro Yo, y este queda excluido y el Yo de Dios comienza a manifestarse en nosotros.

 

este es el top de la vida del hijo de Dios, no hay otra. todas la otras uniones tiene algo de valor pero no son efectivas, en la adoración en la lectura de la palabra, en el conocimiento espiritual inclusive, sino está nuestra voluntad sometida no llegaremos a la plenitud de la vida en Cristo, sino a la vida mezclada con nuestro yo. La salvación estará completamente manifestada cuando unimos nuestra voluntad a la de El.

Hay un principio que pugna en nuestro interior por gobernar, y se llama el principio de la desobediencia, este proviene de Adam. pero hay otro que pugana también en nuestro interior y es el principio de la obediencia, y este es herencia de Cristo.

¿de qué principio tenemos ahora herencia?

Del de Cristo, entonces dejemos que este avance hacia la madurez en cada cosa.

La espiritualidad no es la emoción sublime o el conocimiento profundo, esto es una equivocación. La gente se basa en sentimientos variados y en conocimientos intelectuales, la gente considera esto como superior. ¿Cuánto sabe esta persona de Biblia? ¡Que lindo trazado del mensaje!. Creemos que esto agrada a Dios, pero el no pide lo que sentimos o razonamos, El se delita en que nosotros deseemos lo que El desea, y que hagamos lo que El dice.

Pero esto lo va a hacer Dios. El va a mover a los que son hijos y permanecen hasta reducirlos a la obediencia.

Aquí es donde se ve la mano de Dios:

1.- Para triturarnos, quebrantarnos  y atarnos, para que ya no endurezcamos nuestra voluntad.

Aquí gemimos, nos humillamos, pataleamos, hasta que se funda nuestra voluntad a la de el y seamos obedientes.

Te voy a hablar de cosas que no te gustan y que a lo mejor no estés de acuerdo, pero tengo que decirlas:

Como somos rebeldes pero somos hijos, tenemos que ser disciplinados.

Si persistimos en resistir a Dios nos aguardan mas aflicciones hasta que nos rindamos a El.

Dios al que ama disciplina. Escuche: Dios por amor, te va a hacer perder tus posesiones, tu salud, tu fama, tu utilidad.

Le cuento un poco de mi experiencia.

Hay que sufrir inclusive sobre nuestros cuerpos físicos, no es agradable, pero es necesario, a veces nos quiere dejar secos, oscuros, fríos, debemos a estar dispuestos a aceptarlo todo.

¿Sabe porqué?

Porque El quiere que sepamos que El nos salva.

Ya no nos importa si ganamos o perdemos, solo nos importa hacer su voluntad. la Gloria o el rechazo, la aceptación o la crítica ya no nos afectan, es sólo el hacer su voluntad.