Capítulo 4. Funciones del espíritu del hombre

  

1ro. La Conciencia.

En este capítulo vamos a revisar tres funciones del espíritu, para entender mejor como funciona-

Juan 13:21-22

 

“Habiendo dicho Jesús esto,  se conmovió en espíritu,  y declaró y dijo: De cierto,  de cierto os digo,  que uno de vosotros me va a entregar.

 Entonces los discípulos se miraban unos a otros,  dudando de quién hablaba.”

 

Quiero que se dé cuenta que Jesús era un hombre como nosotros, pero lleno del Espíritu Santo, el versículo dice que se conmovió en SU ESPÍRITU, no era un sentimiento del alma, El no permitía que sus emociones le quitaran la firmeza para cumplir con su mandato de ir a la cruz, esa era una decisión ya tomada, pero tenía conciencia de lo que pasaba a su alrededor, esta deducción no vino por un análisis formal, o porque alguien le había denunciado la traición de Judas.

 

El lo recibió en su espíritu, no en el Espíritu Santo, sino en su espíritu nuestro Señor se dio cuenta que algo no estaba bien en Judas , lo inquietaba, era el tesorero del grupo, se supone un hombre de confianza, pero El fue consiente en su espíritu que lo iba a traicionar.

 

Esto es posible para la iglesia de hoy, por el espíritu renovado que tenemos al recibir a nuestro Señor Jesucristo, con una iglesia caminando en el espíritu tendremos gente transparente, que revisa la condición de nuestra alma, esta iglesia no recibe traiciones ni engaños.

 

Necesitamos este discernimiento, espiritual, para ver con rayos x, creo que los profetas saben más de esto, y por eso son llamados como fundamento y gobierno para la iglesia.

 

El hombre spiritual es el que puede decir si algo es bueno o es malo, pero no basado en un conocimiento, ni en una experiencia, sino por un juicio directo y espontáneo, que llega a su espíritu.

Veamos lo que pasó con el apóstol Pablo, pues el Señor desea que todos sus discípulos se muevan como el.

Hechos  17:16  Mientras Pablo los esperaba en Atenas,  su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría.

Atenas era la ciudad de los griegos y ellos tenían muchos dioses, aquí es donde tenían un monumento al Dios no conocido, que Pablo les habló.

Pablo se había metido en problemas, si bien algunos creían, otros procuraban matarle, por eso va a parar a Atenas y aquí dice que su espíritu se enardecía, no su alma, no sus sentimientos, sino estaría alterado para predicar el mensaje del Señor, el seguía predicando con sabiduría no enojado, sino con sabiduría, por eso convence a algunos, tenía autoridad porque caminaba en el espíritu y no en las emociones de la carne, y algunos de los que lo escuchaban se convierten.

Y en el libro de romanos, en el capítulo 8, verso 16, revela una verdad realmente hermosa.

“El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu,  de que somos hijos de Dios.”

 

Dice que el Espíritu Santo, (escrito con mayúscula) da testimonio a nuestro espíritu, (con minúscula) que somos hijos de Dios.

La única manera como podemos recibir a plenitud este tremendo regalo y caminar con tranquilidad sabiendo que El es nuestro padre, es recibiendo esta revelación a nuestro espíritu.

Si juzgamos por la experiencia, yo podría decir por ejemplo: Cada vez que hago una sociedad salgo mal, así que no es bueno hacer sociedades. Tomo una determinación de caminar en esta resolución en el futuro, Pero ese no es el problema del fracaso de la sociedad que hice, sino que esta fracasó fue porque no la hice con la persona indicada, si hubiera escuchado la voz de Dios en mi espíritu no la hubiera hecho, las condiciones naturales parecían buenas, pero me faltó discernimiento espiritual.

Porque se puede presentar otro caso, en que exista la persona adecuada y se forme una sociedad exitosa, pero si me baso en la experiencia, me lleno de temor y no hago otra vez una sociedad, pudiendo perder una oportunidad de ser bendecido y de bendecir a otros.

Veamos otra función del espíritu del hombre:

                                            2do. La intuición

Es algo que llega sin influencia externa, sabemos que es así, algo en nuestro interior nos viene con certeza, aunque luego por supuesto nuestra mente nos ayuda a comprender la información que recibimos en nuestra intuición en el espíritu.

Definamos intuición:

Es la sensibilidad del espíritu, producida en un lugar mucho más profundo que del alma.

Buscamos para comenzar varias definiciones de diccionarios, para comenzar a hablar del tema, veamos la definición del diccionario Larousse:

“Intuición, modo de conocimiento, donde el objeto es captado por el entendimiento sin necesidad del razonamiento”

“Facultad de conocer las cosas a primera vista aun cuando la gente no se ha dado cuenta de ellas” y termina poniéndole un toque católico “visión beatífica”

En el diccionario Encarta dice: “revelación” (verdad que supera la capacidad del intelecto)

Hasta en matemáticas se usa la intuición con el nombre de Axioma, algo que es una verdad sin necesidad de ser demostrado.

Por ejemplo: Si a una suma se le añade partes iguales a cada lado, el resultado de igualdad no será alterado, ejemplo 2 + 2 = 4, si añadimos un 3 a cada lado, la suma sería 2+2+3=4+3.

O sea en definitiva queda claro que la intuición no es una función del alma, porque no viene por un pensamiento, o una emoción, sino que es una función del espíritu.

Con estas definiciones vamos a buscar en el lugar que es nuestra guía de vida, la biblia.

Marcos 2:8  Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos,  les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones?

 

Aquí hay un relato de la curación de un paralítico que es bajado por el techo de una casa que estaba abarrotada por la fama de Jesús y no podían entrar por la puerta, y primero le dice “tus pecados te son perdonados”, entonces los fariseos se molestan y conversan entre ellos diciendo:

 

¿Quién es este que perdona los pecados?, está blasfemando.

 

El asunto era fuerte y muy especial, ¿Perdonar los pecados?, sin embargo no dijeron nada en público, pues sabían que algo especial había en Jesús que ya los había sorprendido anteriormente, así que solo comentaban entre ellos.

 

Pero la palabra dice que Jesús “conoció esto en su espíritu”

 

Escuche, no dice que conoció porque escuchó el comentario y sacó su conclusión, dice que conoció en su espíritu, luego era una función del espíritu, y no de su sabiduría o de su observación humana.

 

Por eso la Biblia dice que tenemos que vivir en el espíritu,  esta es la forma como tenemos que “conocer” primeramente las cosas, en el espíritu,  y por supuesto, luego la razón lo afirma, por eso tenemos también la razón, pero lo que es del espíritu es superior y es primero.

 

Solo queremos añadir a la enseñanza anterior donde el apóstol Pablo habla del “templo santo” cuando nos compara con el tabernáculo de Moisés, que el espíritu es el lugar santísimo y que en este lugar se encuentra el arca del pacto, y que dentro de ellas estaban las tablas de la ley dadas a Moisés que le decían al pueblo lo que tenía y no tenía que hacer, pero esta palabra era iluminada por la luz de Dios, aquí la palabra se hacía efectiva, no solo por el conocerla sino por la presencia de Dios.

Cuando el velo del templo se rompe y tenemos cabida al lugar santísimo, por nuestro espíritu al Espíritu de Dios y entonces tenemos cabida a “conocer” la voluntad de Dios, a “conocer” su ley, y cumplirla aún sin entenderla toda y todos sus detalles.

En este lugar toda la palabra de Dios es revelada por la luz de Dios. ¡Qué tremendo verdad!

Ahora la intuición cumple esta función y es perfecta porque logra lo que la ley no pudo lograr, la revelación al hombre de la palabra, no hay ningún proceso analítico al inicio para entenderla, sino que viene directamente de Dios.

Le voy a hacer una pregunta:

¿Todos queremos ser felices, verdad?

Bueno la felicidad plena se haya solo comenzando por el espíritu, si la felicidad comienza en mi alma, soy feliz cuando los acontecimientos externos son favorables y estoy triste si estos acontecimientos son malos, esto es percepción sensorial, que produce una felicidad momentánea.

Pero la felicidad o la bienaventuranza no me la da lo que tengo o no tengo, de lo que veo o no veo, sino de mi conocimiento de que estoy con mi Padre Celestial, la experiencia de Su amor, y su protección, y su guía.

Esto es la vida en el espíritu. Vamos al evangelio de Lucas, quien era gentil, no era judío, y sin embargo era  el que más escribió en términos de tamaño, del nuevo testamento, ye estas grandes revelaciones fueron escritos guiados por el Espíritu Santo, pues no conoció a Jesús, sino por el apóstol Pablo, quien le presentó el evangelio, pero era apóstol también, no cabe duda de ello. Dice Lucas 1:46-48

Entonces María dijo:

 

“Engrandece mi alma al Señor;

Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.

Porque ha mirado la bajeza de su sierva;

Pues he aquí,  desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones.”

 

Fíjese la diferencia que hace María:

 

Dice que “mi alma engrandece al Señor, pero que su espíritu se regocija en Dios.”

 

O sea no saltó como loca de emoción conducida por su alma, aunque seguramente si se emocionó, pero se regocijó en su espíritu, era esa sensación de certeza de que algo tremendo ocurría en su interior en ese momento, hubo un equilibrio en lo que recibió.

 

Ella tuvo una recepción mejor que Zacarías que era sacerdote y estaba en el templo, el recibió la noticia, que su mujer de edad avanzada, daría a luz a Juan el Bautista que este hijo sería lleno del Espíritu Santo, pero el dudó, entonces el ángel Gabriel le dice, te vas a quedar mudo hasta el nacimiento de Juan.

 

María aceptó, sin entender en su razón, Zacarías pidió pruebas. No era mal hombre, pero actuó en su alma, a pesar de estar ministrando en el lugar Santo.

 

Y sucedió como el ángel le había dicho, nació Juan el Bautista y fue lleno del espíritu.

 

¿Se recuerda que cuando iban a bautizarse algunos de los fariseos les decía: ¡generación de víboras!? ¿Cómo podía negarle el bautizo a alguien que viene a pedírselo?, porque su espíritu le daba conocimiento  que venían con un corazón equivocado. ¡Cuánta falta nos hace esto hoy en la iglesia!

 

Sin embargo Juan si bautizó a ciertos publicanos y a ciertos soldados.

 

Lucas 3: 12-14Vinieron también unos publicanos para ser bautizados,  y le dijeron: maestro,  ¿qué haremos? El les dijo: No exijáis más de lo que os está ordenado. También le preguntaron unos soldados,  diciendo: Y nosotros,  ¿qué haremos?  Y les dijo: No hagáis extorsión a nadie,  ni calumniéis;  y contentaos con vuestro salario.

 

 

O sea no bautizó a ciertos fariseos, pero si bautizó a los cobradores de impuestos que eran los publicanos y también a los soldados que se acercaban con un corazón humilde. ¿Por qué?

Porque su espíritu le daba testimonio de que estaban verdaderamente arrepentidos.

Hay grandes similitudes entre el espíritu y el alma, pero Dios nos manda a vivir según el espíritu, porque este expresa la intención de Dios, el alma solo puede expresar mi propia intención, aunque pueda ser buena intención, pero no nace en Dios.

Así les hablaba el apóstol Juan, a sus discípulos

1ra de Juan 2: 18-20 y  27

  Hijitos,  ya es el último tiempo;  y según vosotros oísteis que el anticristo viene,  así ahora han surgido muchos anticristos;  por esto conocemos que es el último tiempo. Salieron de nosotros,  pero no eran de nosotros;  porque si hubiesen sido de nosotros,  habrían permanecido con nosotros;  pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros. Pero vosotros tenéis la unción del Santo,  y conocéis todas las cosas.

 

2:27 Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros,  y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe;  así como la unción misma os enseña todas las cosas,  y es verdadera,  y no es mentira,  según ella os ha enseñado,  permaneced en él.

 

Había gente en la iglesia que se había ido, pero dice que no eran de ellos, estaban en la iglesia, pero no eran de la iglesia, y estaban influenciados por el espíritu del anticristo, y luego dice que la unción que mora en el creyente, le instruirá en todas las cosas, y que no necesita que nadie le enseñe.

 

Este es el objetivo de esta escuela, que cada uno viva por la intimidad con el Espíritu Santo, para que a través de la intuición tome sus decisiones, llegando así a la madurez, escuchando y obedeciendo lo que Dios dice.

 

La unción no necesita de nuestra ayuda, ella obra independientemente,  no necesita la inspiración del intelecto ni de las emociones, aunque luego nos podamos dar cuenta en la mente que lo que te decía es lo correcto.

 

Aquí debemos diferenciar lo que significa “conocer” y lo que es “entender”. Conocer sucede en el espíritu y entender sucede en la mente.

 

Veamos:

 

Juan 17:3 “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti,  el único Dios verdadero,  y a Jesucristo,  a quien has enviado.”

 

¿Qué dice que es la vida eterna?

¿El cielo? No. ¿Dice de capa blanca rodeado de ángeles en un palacio extraordinario? No.

Dice la vida eterna es que te conozcan a ti.

Entonces, ¿Se puede vivir la vida eterna en la tierra? SI

¿Cuándo? Ahora mismo, ya que la vida eterna es conocer al Padre por el Espíritu.

¿Cómo conozco al Padre y tengo vida eterna?

¿Razonando con mi mente? no, Con la función de la intuición del espíritu.

¿Sabes que otro significado tiene la palabra eterna?

“No estar limitado por el presente”.

Esto ocurre con el hijo de Dios cuando conoce al Señor.

No estás limitado por lo que ves en el presente, sino que Dios es tu límite, siempre hay esperanza, siempre hay un futuro que será mejor que ahora. Esta es la vida eterna.

Veamos más:

Eclesiastés 3:11 Todo lo hizo hermoso en su tiempo;  y ha puesto eternidad en el corazón de ellos,  sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.

¿Qué puso dentro de nosotros? Eternidad. ¿Donde está la eternidad? En nosotros, en nuestra capacidad otorgada por el Espíritu Santo de conocer a Dios y vivir más allá de el tiempo que transcurre, recuerde que s “conocer”, no entender.

Para terminar toquemos un punto delicado pero que tiene que estar claro de una vez por todas, y no quedar en el aire, porque esto afecta a nuestras relaciones entre la familia.

¿Debemos juzgar a los demás?, no, pero si necesitamos “conocerlos” espiritualmente por 2 razones:

1.- Por si acaso se quieran dejar ayudar.

2.- Y para no permitir que el diablo destruya la casa por intenciones, todavía no perfeccionadas en los hermanos.

Generalmente usamos el método de la investigación para conocer a los demás pero esto nos lleva muchas veces al error, si recibimos información equivocada, luego emitimos un juicio equivocado, mejor es conocer en nuestro espíritu, quizá la investigación se debe de hacer, pero ocupa un lugar secundario en el conocimiento de la gente.

Necesitamos “conocer” en nuestro espíritu, por eso dice la palabra que debemos volvernos como niños, recuerde que cuando éramos niños no necesitábamos de un análisis profundo, ni de una investigación para determinar que algo o alguien no nos gustaba, era una reacción que provenía del interior, era pura sin contaminación, así debemos de volver a ser, como cuando recibimos al Señor si queremos crecer.

Marcos 2:8

   “Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos,  les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones?”

Entonces, ¿cómo debe de andar un creyente en las cosas de Dios, guiados por su razón o por su espíritu? Obviamente por su espíritu.

Así como cuando aceptas al Señor Jesucristo por fe y recibes el perdón y la limpieza de todo tu ser, así mismo se debe de continuar en la vida de crecimiento. No se puede conocer en la mente.

Por eso esas conversiones realizadas por un razonamiento lógico no llevan a una vida fructífera ni puede conocer a Dios. ¿Sabe usted  por qué?

Isaías 55:9

“Como son más altos los cielos que la tierra,  así son mis caminos más altos que vuestros caminos,  y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.”

No hay pensamiento humano que pueda conocer los pensamientos de Dios, por mucha concentración que le pongas.

¿Cómo entonces se pueden conocer los pensamientos de Dios? Sólo a través del espíritu.

Lamentablemente la mayoría de los santos hoy en día desconocen esto y viven una vida de emociones y de estudios intelectuales que los llevan a caminos distintos de la voluntad de Dios..

¿A quién seguiremos entonces en nosotros? ¿Seguiremos al hombre carnal, intelectual y emotivo? o ¿Seguiremos al hombre espiritual?

Ya la lucha no es contra el pecado, el pecado ya fue vencido en la cruz por Jesús, ya no tiene autoridad sobre nosotros, es cosa juzgada, la lucha es entre el hombre carnal y el hombre espiritual, antes de conocer al Señor la lucha era contra el pecado, pero ya no, está vencido.

Dios nos perfeccionará en este caminar, y encontraremos vida y paz, para destruir todas las preocupaciones carnales.