Capítulo 5. Avanzando a la Plenitud

Una vez salvos debemos, avanzar hacia la plenitud de Cristo.

¿Qué es avanzar a  la plenitud?

Plenitud es la palabra griega “pleroma” que significa estar lleno. En pocas palabras, luego de recibir la salvación tenemos que avanzar hasta estar llenos de Dios, conocer su perfecta voluntad y movernos de acuerdo a sus instrucciones.

 

Efesios 4:13-18

 

“ hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios,  a un varón perfecto,  a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes,  llevados por doquiera de todo viento de doctrina,  por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor,  crezcamos en todo en aquel que es la cabeza,  esto es,  Cristo, de quien todo el cuerpo,  bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente,  según la actividad propia de cada miembro,  recibe su crecimiento para ir edificándose en amor. Esto,  pues,  digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles,  que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido,  ajenos de la vida  de Dios por la ignorancia que en ellos hay,  por la dureza de su corazón

 

Estos versículos hablan de la estabilidad que debemos reflejar en nuestra vida, expresan con claridad la manera como los hijos de Dios deben de ser edificados, siguiendo la verdad en amor, no es muy complicado, y dice que de esta forma llegaremos  al límite de nuestro crecimiento que es llegar a la plenitud de Cristo, en otras palabras debemos de avanzar constantemente hacia esa meta; la salvación es solo el inicio, ahora debemos avanzar hasta esta plenitud en Cristo.

Si la palabra menciona esto, es que se puede llegar, es que debe de ser nuestra meta para ser más efectivos para transformar el planeta. ¿Se imagina usted, un grupo de creyentes avanzando hacia la estatura de un varón perfecto? ¿En los bancos?, ¿En las calles?, ¿En los negocios?, ¿En los sitios de gobierno? Esto provocaría la manifestación del evangelio del Reino en todo el planeta.

Pero el apóstol Pablo menciona en los versículos que leímos, que algunos hermanos de la iglesia de Éfeso caminan como los “otros gentiles”, dice que “andan en la vanidad de su mente”.

¿Qué es andar en la vanidad de la mente?, simplemente andar de acuerdo a mi propio criterio, lleno de orgullo por el conocimiento adquirido, de acuerdo a su propia opinión de lo que es correcto o incorrecto, de acuerdo a mi propia perspectiva de las cosas y buscando  mi propio beneficio, y dice más, dice que esta gente tiene el entendimiento oscuro, no pueden entender la voluntad de Dios, porque son duros de corazón, mas prevalece su sabiduría, y no pueden ver la voluntad de Dios.

Estos cristianos pueden ser engañados, ya que tienen en el corazón deseos incorrectos y egoístas, no han sido perfeccionados y no están buscando llegar a la plenitud, no han entendido el propósito de la salvación y lo han encerrado en una perspectiva muy personal y racional.

Pero la otra casa, la que se construye con creyentes que buscan llegar a la plenitud, no puede ser engañada por todo viento de doctrina, Dios mismo los cuida, porque sus intenciones son puras, no son fluctuantes, son estables, tienen una meta, la plenitud, y su corazón busca lo correcto, por lo tanto tienen también otra característica, son confiables, están en el proceso, pero son confiables.

La clave de esto, según dice el apóstol, es que los otros gentiles andan en la carne, en la vanidad de sus pensamientos, pero los nacidos de nuevo andan según la guía del Espíritu de Dios.

 

Esto es construir una casa para Dios y no para los hombres, es la razón de ser de todo el evangelio, edificar de acuerdo al diseño de Dios, y no de acuerdo a cualquier diseño de los hombres.

Efesios 1:10-14

De reunir todas las cosas en Cristo,  en la dispensación del cumplimiento de los tiempos,  así las que están en los cielos,  como las que están en la tierra, a fin de que seamos para alabanza de su gloria,  nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo.

En él también vosotros,  habiendo oído la palabra de verdad,  el evangelio de vuestra salvación,  y habiendo creído en él,  fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida,  para alabanza de su gloria.

 

En realidad si usted lee, todo este capítulo, se dará cuenta de la razón de nuestra salvación y cuál es el propósito por el que fuimos planificados y creados por Dios, veremos los recursos que tenemos en sabiduría e inteligencia en los lugares celestiales disponibles para que se manifieste en esta tierra los diseños del cielo a través de nosotros que somos sus hijos, debemos de oír a nuestro Padre, obedecer y manifestar su gobierno, así en la tierra como en el cielo.

 

Esta es la plenitud, del cumplimiento de los tiempos, demanda de nosotros una decisión, no solo esperar satisfacer mis deseos personales, sino avanzar hasta el cumplimiento de los tiempos, a la plenitud, no es una  actitud de esperar que Cristo venga por segunda vez y no tener ningún deseo de ser usado por Dios como agente de transformación y también ser transformados cada día, no se puede seguir siendo duro de corazón, estos versículos demandan de nosotros una decisión, creer en la palabra predicada, creer que tenemos el Espíritu Santo de Dios para  avanzar hacia la plenitud, el Espíritu Santo  garantiza que llegaremos a la meta, El es las arras, la garantía de que nuestra herencia en la tierra y en el cielo.

 

La tierra será transformada, nosotros somos los obreros de su viña, e hijos herederos de la viña, hay que tomar posesión, dominarla y transformarla de acuerdo a los diseños de nuestro Padre.

 

¿Usted quiere disfrutar de la plenitud? Yo sí, Veamos cómo se puede llegar.

1 Corintios 2:3 – 11

 

Y estuve entre vosotros con debilidad,  y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría,  sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres,  sino en el poder de Dios. Sin embargo,  hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez;  y sabiduría,  no de este siglo,  ni de los príncipes de este siglo,  que perecen. Más hablamos sabiduría de Dios en misterio,  la sabiduría oculta,  la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria. La  que ninguno de los príncipes de este siglo conoció;  porque si la hubieran conocido,  nunca habrían crucificado al Señor de gloria. Antes bien,  como está escrito: Cosas que ojo no vio,  ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu;  porque el Espíritu todo lo escudriña,  aun lo profundo de Dios. Porque  ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre,  sino el espíritu del hombre que está en él?  Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios,  sino el Espíritu de Dios.

 

 

La madurez de un cristiano no se mide solo por el conocimiento de las escrituras que se expresa con palabras sabias basadas en el entendimiento humano, Pablo temblaba cuando tenía que hablar del mensaje del evangelio, tenía temor, era débil dice el mismo, pero luego dice que demostró “poder”.

¿De qué clase de poder hablaba Pablo? Si temblaba y tenía temor, entonces era débil ¿Usted ha visto un débil con poder?

Pero lo que Pablo dice es que su apariencia era de debilidad, pero dice que tenía poder para avanzar en medio de toda oposición y de toda lógica humana que no mostraba ninguna oportunidad de victoria. Esto desarrollaba la fe de los hermanos, pues veían el apoyo de Dios en medio de todas las dificultades, en otras palabras si se quiere avanzar en el camino hacia la plenitud se pasa por dificultades que se vencen con fe.

Entonces dice:

A estos, a los maduros, les hablo de los misterios de Dios que no se pueden ver con los ojos humanos, sino con ojos espirituales.

Pero los que ven cómo ve el mundo, solo quieren ser como los exitosos del mundo, como los príncipes que pasan sin pena ni gloria, que no dejan huella, porque verdadera sabiduría, la sabiduría de Dios,  no sube al corazón, ni es para satisfacer los deseos egoístas personales de éxito, sino que sube al espíritu del hombre.

¿Sabe cómo actúa un cristiano carnal?

Se compara  en el vestido, en su forma de hablar, mira las cosas externas en los hombres y evalúa su progreso igual como lo hacía antes de obtener la salvación, siempre quiere causar una buena impresión. Si tiene mucho dinero, entonces considera que está avanzando, si tiene reconocimiento humano, entonces está creciendo, pero al espiritual no le basta el conocimiento humano de la palabra, busca la experiencia de ser uno con Dios, a diferencia del carnal que lo quiere entender todo, y allí se limitó. Lo que es de Dios no ha subido a corazón del hombre, sino que sube al espíritu del hombre primero.

El cristiano anímico, se aferra a las pequeñas diferencias, no madura, que si me miraron mal, que no estoy de acuerdo con esto, que si el tacho de basura, que no me dan posición y llevo tanto tiempo, andan  en estas niñerías y esto lo desvía y lo hace perderse del objetivo del camino hacia la plenitud, no buscan el objetivo del cuerpo como iglesia, buscan el objetivo personal por sobre todo.

Un cristiano carnal puede elevarse a lo más alto y pensar que nadie ha experimentado tanta gloria de Dios en un determinado momento, pero luego en medio de la prueba cae en profunda depresión, en pocas palabras no es estable.

A veces cuando lee la biblia, no se puede concentrar y su mente se va por todos lados, o a veces al leer la biblia puede recibir una emoción tremenda por una revelación, pero no sabe cómo vivirla, solo se quedó en su mente.

A veces su corazón es un fuego ardiendo, y a veces ceden a un sentimiento de desánimo y se hunden en la confusión, su vida sufre cambios constantes porque es gobernada por sus emociones, si el cristiano carnal está en un ambiente de pena, sale corriendo porque la pena lo afecta.

Si está en un ambiente gozoso, se queda porque se goza, vive de lo exterior y no acciona el poder creativo del Espíritu, que puede cambiar toda circunstancia, no es agente de influencia, es influenciado por lo externo y sólo buscará estar en medio de los que están en la gloria.

El cristiano carnal, hace de su yo el centro de toda su vida, con esos cristianos dice Pablo, no se puede edificar una casa, no es que sean malos, es que no saben lo que es avanzar a la madurez y no quieren  morir a su yo, para que Dios se glorifique en ellos, usted puede comenzar como  un cristiano carnal y niño, pero tiene que avanzar a la madurez y por lo tanto tiene que morir a su carne.

Personalmente creo que los carnales, si tienen experiencias espirituales reales, porque Dios se acerca a ellos, pero luego usan la gloria de Dios para su propia jactancia.

Creo que El Señor nos entrena con sus toques maravillosos como la esposa del cantar de los cantares, y nos da y nos quita para formarnos, a veces los cristianos carnales tienen experiencias en el espíritu y a veces son privados de ellas, para aprender a depender no de las experiencias sino de la comunión con Dios.

¿Sabe que otra cosa hacen los cristianos carnales? Hablan de más de la cuenta.

Proverbios 10:19  En las muchas palabras no falta pecado; más el que refrena sus labios es prudente.

 

El cristiano anímico habla porque cree que es necesario, hay que decirle algo a la gente, es consejero siempre, a estos cristianos, siempre hay que mantenerlos con programas diferentes que los estimulen continuamente para trabajar para El Señor, sin este estímulo el se detiene, pierde la emoción.

 Siempre quieren estar trabajando para Dios, pero no se preocupan de saber si Dios los mandó a hacer el trabajo que están haciendo, por esto cuando se pierde el fuego, la emoción del comienzo del caminar en Cristo, se decepcionan y se van, hay que inventar algún programa que los mantenga en fuego.

Por esto sólo se puede construir la casa con los que permanecen en el espíritu, con los que cuando vienen las pruebas tienen el poder para avanzar, los carnales no pueden esperar, ni pueden confiar, con frecuencia truncan los mismos planes de Dios por sus decisiones apresuradas, y nunca avanzan, cuando están en actividad, ven a los que avanzan lento y ellos creen que están avanzando más rápido, siempre se comparan, pero Dios puede hacer que los lentos sean más espirituales que los activos.

Hay personas que se dejan convencer por otras personas que andan según el gobierno de la carne, satisfaciendo sus propios intereses,  aunque presentan una apariencia espiritual; esto les pasó a los gálatas.

 

Gálatas 5:7 -10

 

  Vosotros corríais bien;  ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad? Esta persuasión no procede de aquel que os llama.

Un poco de levadura leuda toda la masa. Yo confío respecto de vosotros en el Señor,  que no pensaréis de otro modo;  mas el que os perturba llevará la sentencia,  quienquiera que sea.

 

Esto es muy serio, estas personas tendrán un juicio de Dios, por contaminar lo que Dios comenzó en el corazón del creyente, contaminaron a los que estaban corriendo bien, pero alguien con su carnalidad leudó la masa, o sea la corrompió.

 

¿Se da cuenta de cómo tienen que ser los edificadores? Sin levadura.

 

 

Gálatas 5 -15-17 “Pero si os mordéis y os coméis unos a otros,  mirad que también no os consumáis unos a otros. Digo,  pues: Andad en el Espíritu,  y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu,  y el del Espíritu es contra la carne;  y éstos se oponen entre sí,  para que no hagáis lo que quisiereis.”

 

¡Cuánto de esto vemos hoy en la iglesia del Señor!, se muerden y se comen unos a otros, se dividen, gastan sus energías en competencias carnales, porque andan en busca del éxito de acuerdo al mundo. Sólo hay que buscar lo que proviene del Espíritu, ya que no hay oportunidad que los deseos de la carne satisfagan a Dios.

 

Enemistades,  pleitos,  celos,  iras,  contiendas,  disensiones, que  los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios

                            

Gálatas 5:19-21

 

“ Y manifiestas son las obras de la carne,  que son: adulterio,  fornicación,  inmundicia,  lascivia, idolatría,  hechicerías,  enemistades,  pleitos,  celos,  iras,  contiendas,  disensiones,  herejías, envidias,  homicidios,  borracheras,  orgías,  y cosas semejantes a estas;  acerca de las cuales os amonesto,  como ya os lo he dicho antes,  que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.”

 

Oiga, debemos de repasar estos versículos seriamente hoy mismo, los cristianos hacen guerra espiritual contra la hechicería, el homicidio, la borrachera, las orgías, la idolatría, pero están llenos de pleitos, de contiendas, de celos, de iras, de enemistades, algunos ni se dirigen la palabra, pero Pablo dice que estos tampoco heredarán el Reino de Dios. ¡Qué cosa más tremenda!

 

Gálatas 5:22-26  Mas el fruto del Espíritu es amor,  gozo,  paz,  paciencia,  benignidad,  bondad,  fe, mansedumbre,  templanza;  contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu,  andemos también por el Espíritu. No nos hagamos vanagloriosos,  irritándonos unos a otros,  envidiándonos unos a otros.

 

Aquí habla entonces de cómo debemos de comportarnos los hijos de Dios que buscamos llegar a la plenitud, sólo a través del Espíritu, y tendremos gozo, paz, estabilidad, estos son sentimientos del alma, pero guiados por el Espíritu.

 

No se trata como algunos dicen que para ser espirituales no hay que sentir nada, no, el asunto no es cancelar la emoción sino que esta colabore con el Espíritu. No se equivoque,  la vida espiritual no carece de sentimientos, no se trata de volverse insensible, inanimado, se trata de no vivir en el alma, porque ella sigue teniendo su función, pero que ella no nos puede gobernar.