Capítulo 7. El deleite de hacer Su voluntad

 

 

Comencemos con una pregunta, muy importante que todo cristiano debe de conocer:

 

¿Cuál es el propósito final de Dios?

 

Que seamos felices, y que nosotros vivamos en la tierra para hacer Su perfecta voluntad, hacer lo que hizo su hijo Jesucristo, hacer la voluntad del Padre, nuestra gloria será hacer la completa voluntad de Dios, y rechazar la corrupta voluntad de la carne, nada nos debe importar con tal de que nuestro Padre Celestial tenga satisfacción, deberíamos hasta perdernos a nosotros mismos.

 

Entonces nuestra voluntad debe de estar sometida totalmente al Padre, lo cual no ocurre con frecuencia, aunque si la sometemos en ciertos asuntos particulares, y a veces creemos  de una manera equivocada, que con un poco de cumplimiento, somos totalmente obedientes, pero la realidad es que tenemos una tendencia escondida de hacer lo que queremos, independiente de Dios.

 

Pero la cumbre de un verdadero cristiano que quiere avanzar hasta la plenitud es hacer la voluntad del Padre y encontrar en ella su deleite, predicar otro evangelio es hacer que el creyente viva una vida limitada y a medias por la que Cristo no murió. El murió para que la plenitud del Padre more en nosotros, y seamos su templo santo.

 

Entonces, yo puedo hacer su voluntad de dos formas: Deleitándome o sin deleite, deleitarse es gozarse en lo que se hace.

 

En  la primera: La que obedece pero no se goza le falta crecimiento.

 

En la segunda: la que su deleite es hacer la voluntad del Padre esta llegó a la plenitud, se hizo una con Dios, lo que El desea, usted lo desea, y hacer su voluntad le produce Gozo.

 

No quiero decir que hacer su voluntad sin gozo sea malo, hacer su voluntad aunque no te guste es bueno, pero entender su corazón y obedecer deleitándose en hacerla es la “plenitud”.

 

Yo me he dado cuenta de una cosa en mi vida que está perfeccionándose. Los “hijos” somos llevados por diferentes pruebas; por ejemplo: con las posesiones, mientras las tenemos  pensamos: estas cosas no son importantes, lo más importante es Dios, pero cuando no las tenemos es decir, las perdemos, entonces allí vemos si esta entrega  de las posesiones era verdadera o no. Si mi voluntad estaría completamente entregada a Dios, mi sentir con respecto a Dios debería ser el mismo. Sea que tenga o sea que no tenga.

 

La palabra dice que recibiremos  conforme sus riquezas en Gloria, y yo lo creo, pero muchas veces confundimos lo que recibimos de nuestros deseos del alma, como si fueran sus riquezas en gloria.

 

Usted se debe haber preguntado como yo: ¿Por qué tiene mucha gente muchos bienes sin Cristo?

 

Porque la voluntad del hombre es muy fuerte y puede lograr muchas cosas sin Dios, y decir que están recibiendo esto por bendición de Dios a su obediencia, pero en realidad solo provienen del deseo del corazón y cuando faltan el corazón desfallece, porque fueron ellas su deleite antes de Dios.

 

Entonces, para concluir esta parte, hay dos formas de obedecer:

 

1.- Por obligación y con entendimiento.

 

2.- Por deleite al estar en armonía con Dios.

 

Ilustremos esto al ver en la palabra, la salida de los Israelitas de Egipto:

 

Los Israelitas lo hicieron por obediencia y porque había un beneficio personal al hacer la voluntad de Dios, iban a tener libertad y una tierra prometida que fluía leche y miel, pero su corazón no tenía deleite en hacer esta voluntad, sino en satisfacer sus deseos personales, estaba de acuerdo con Dios, pero no era su deleite hacerla sino satisfacer sus propios deseos. En realidad creo que hubieran preferido la bendición en Egipto, y no tener que cruzar el desierto, pero Dios los mandó por el desierto para purificar sus verdaderas intenciones.

Más cómodo hubiera sido que Dios les entregara casa, comida, libertad, oro en Egipto que moverse por el desierto camino por el desierto, ¿Sabe porqué hubieran preferido esto? Porque para ellos la tierra prometida era los bienes de Egipto y no la presencia de Dios con ellos, buscaban el beneficio, pero no al creador del beneficios.

 

Esto pasa todavía hoy, Egipto representa el mundo y la gente espera ser bendecido en las posesiones más que en la presencia de Dios en sus vidas. Por eso mal interpretan que las riquezas del mundo vendrán a los hijos de Dios, sin un corazón correcto, sería como los hebreos con las promesas.

 

Si lo único que quieres es una transferencia de riquezas sin haber sometido tu voluntad a la voluntad de Dios, o haberla sometido a medias con deleites escondidos no perfeccionados en tu corazón, vamos a hacer lo mismo que los anteriores ricos hicieron, pero con un título religioso y con apariencia de piedad, porque en cualquier momento la riqueza, nos torcerá el brazo.

 

¿Usted cree que Dios no podía hacer una transferencia de riquezas para su pueblo, en ese mismo lugar de Egipto? Sí podía, pero no lo hizo, tenía que probarlos en el desierto, para que no fueran otra nación igual que todas, pero solo que su Dios e llamaba Jehová. Dios quería que en lo profundo de su corazón, su presencia fuera su deleite, no quería que lo siguieran igual que los otros por los beneficios.

 

¿Podemos ver claramente el propósito de Dios para con sus hijos?

 

Lo mismo le pasó al profeta Balaam, bendijo al pueblo de Dios, y esto era bueno, obedecía la voluntad de Dios, pero lo hizo por obligación, pues primero quiso las riquezas que le ofrecía el Rey, y trató de maldecir al pueblo, pero  era un real profeta de Dios, no podía desobedecer a Dios, pero en su corazón había otra cosa.

 

¿Cuál fue el final de Balaam y de los Judíos que salieron de Egipto? terminaron en el fracaso.

 

Entonces ¿Cual es nuestro destino si vivimos en Jesucristo, para satisfacer primeramente los deseos del corazón? El mismo, el fracaso, tarde o temprano alguna tentación te tuerce el brazo.

 

¿Sabe que me dijo Dios que había sucedido en la congregación e inclusive conmigo, cuando les dije que Dios no está comprometido en cumplir nuestros deseos? Que muchos lo aceptamos porque está claramente expresada en su palabra, pero algo se removió en nuestro interior, y nos entristecimos.

 

¿Sabe porqué? porque es duro entregar algo en lo que has soñado durante mucho tiempo, y buscaremos todos los argumentos posibles para sostenerlos.

 

Dios va a cumplir nuestros deseos, si son también sus deseos, allí el hacer Su Voluntad se convierte en nuestro deleite. Y debemos de estar muy claros que sus deseos son buenos y perfectos para con nosotros, mejores que los que nosotros imaginamos que será bendición.

 

Por eso veamos cómo el cuerpo ayuda a cumplir la voluntad de Dios manifestada en nuestro espíritu, es decir como el cuerpo ayuda al espíritu.

Si fuimos creados con un cuerpo, definitivamente el cuerpo tiene un plan en toda la creación de Dios, y a veces cuando entramos en asuntos espirituales tendemos la tendencia minimizar la intervención del cuerpo, escudriñemos su importancia.

Podemos llegar a tener una intensa comunión con Dios en nuestro espíritu, una mente sana, y unas emociones controladas, pero si nuestro cuerpo no es sano, no seremos totalmente perfeccionados, ni efectivos para la obra, no podremos expresar adecuadamente lo recibido por Dios.

De hecho nos hemos hechos tan espirituales que no vemos en la biblia cuanto habla Dios sobre el cuerpo.

Para comenzar la biblia dice de nuestro Señor Jesucristo que el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, entonces ¿será importante el cuerpo? Seguro que sí, sino no se hubiera hecho carne el verbo.

 

Romanos 8:10-13

Pero si Cristo está en ustedes,  el cuerpo está muerto a causa del pecado,  pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia.

Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes,  el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu,  que vive en ustedes.

Por tanto,  hermanos,  tenemos una obligación,  pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa.

Porque si ustedes viven conforme a ella,  morirán;  pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo,  vivirán.

 

El versículo 10 nos da claridad en cuanto a lo que sucede con nuestro cuerpo y nuestro espíritu cuando recibimos a Jesucristo:

 

“El cuerpo está muerto a causa del pecado,  pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia.”

 

Cuando una persona acepta a Jesucristo como su salvador, en forma inmediata el Espíritu Santo pasa a formar parte del creyente, el más pequeño, el más maduro, todos tienen el Espíritu Santo morando en su interior, pero tienen también un cuerpo muerto según dice la palabra, es decir tenemos vida en el interior que quiere tomar el control de nosotros que se quiere manifestar en abundancia pero también tenemos un cuerpo muerto.

 

Entonces aquí hay dos situaciones totalmente distintas:

 

Un espíritu totalmente vivo y un cuerpo destinado a la muerte.

 

Esto nos dice que la vida en el Espíritu es la que en realidad tiene vida, la del cuerpo solo produce muerte, porque este cuerpo sigue siendo cuerpo de pecado.

 

 

Filipenses 3:21 

Él transformará nuestro cuerpo miserable para que sea como su cuerpo glorioso,  mediante el poder con que somete a sí mismo todas las cosas.

 

Lo llama “cuerpo miserable”, que será transformado por Jesucristo cuando venga por segunda vez en “cuerpo glorioso”

 

O sea ahora es miserable, pero será glorioso. Esto es lo que dice romanos sobre el cuerpo, “cuerpo muerto a causa del pecado” hoy.

 

Este es el cuerpo que tenemos.

 

Romanos 8:11

 

Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes,  el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu,  que vive en ustedes.

 

 

Aquí parece que la declaración del Romanos 10 cambia, porque la acción del Espíritu ahora es aplicada no solo a nuestro espíritu, sino también al cuerpo, porque dice. “dará vida a vuestros cuerpos mortales.”

 

Entendamos esta declaración que parece oponerse en solo dos versículos:

 

El cuerpo está muerto a causa del pecado, según el verso 10, pero el cuerpo puede vivir por el Espíritu según el verso 11.

 

¿Qué significa esto?

 

Que necesitamos del cuerpo para servir a Dios, pero no lo podemos servir con un cuerpo de pecado, por eso este cuerpo debe de recibir la vida y la fuerza del Espíritu Santo, y no vivir por si mismo.

 

¿Se da cuenta de la importancia de la vida en el Espíritu, inclusive para el cuerpo?

 

¿Se da cuenta de la seriedad del asunto? Nuestros cuerpos deben alinearse a la orden del Espíritu, si ellos andan independientemente, usted puede ser muy espiritual y oír la voz de Dios las 24 horas del día, puede alinear su alma y su voluntad al Padre, pero si no sometemos también el cuerpo, no habrá manifestación externa de la obra interna.

 

Dice así la palabra:

 

“El que levantó de los muertos a Cristo Jesús, dará vida a nuestros cuerpos  mortales” ¿Quién levantó de los muertos a Cristo Jesús?

 

El Padre mismo. ¿Cómo? a través del Espíritu Santo.

 

Aquí comienza entonces lo bueno: Nuestros derechos adquiridos por Jesucristo.

 

A partir de ahora sabemos que por el poder del Espíritu Santo, podemos experimentar vida en nuestros cuerpos, este es un derecho adquirido por Jesucristo para toda la humanidad que lo acepte.

 

Aquí no está hablando de una resurrección futura, está hablando de una vida hoy, aquí, por eso dice “cuerpo mortal” no dice “cuerpo de muerte”. Habla de un cuerpo que tarde o temprano se irá desgastando hasta morirse, por eso es mortal, pero que ahora puede disfrutar de vida por el poder del Espíritu Santo.

 

Te informo de este beneficio que tienes como hijo, aquí y ahora.

 

El Espíritu Santo te quiere dar vida a tu cuerpo.

 

¿Qué significa esto?

 

1.- Si estás enfermo, te restaurará.

 

Y  2.- y principal, te guiará para prevenirte de las enfermedades.

 

Te voy a asegurar que si tu sirves al Señor, el va a usar tu cuerpo y te dará las fuerzas para continuar la obra, las debilidades de tu cuerpo no serán un obstáculo para la obra de Dios si aceptas la vida del Espíritu en el cuerpo.

 

Entonces ¿sabes que significa esto? que nuestra condición física, puede limitar nuestra vida espiritual, las debilidades que tengamos en esta área podrán ser un obstáculo y limitación para los que quieren trabajar para Dios.

 

Puede haber dos clases de cristianos en este caso:

 

1.- Los que no consideran al cuerpo importante.

 

2.-  Los que desean esta provisión pero no presentan sus cuerpos en sacrificio vivo.

 

Mire lo que dice romanos:

 

Romanos 12:1 

Por lo tanto,  hermanos,  tomando en cuenta la misericordia de Dios,

les ruego que cada uno de ustedes,  en adoración espiritual, ofrezca su

cuerpo como sacrificio vivo,  santo y agradable a Dios.

 

¿Qué hay que presentar como sacrificio vivo? El cuerpo.

 

Luego si hay que tomarlo en cuenta seriamente.

 

Sigamos al verso 12 de Romanos 8

 

Romanos 8:12

 

Por tanto,  hermanos,  tenemos una obligación,  pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa.

 

Vamos a usar en esta ocasión la versión Reina Valera, de la Biblia.

 

Romanos 8:12 

 

Así que,  hermanos,  deudores somos,  no a la carne,  para que vivamos conforme a la carne;

 

No somos deudores de la carne, esta debe de  ser mi relación con la carne, no debo de satisfacerla, no le debo nada, muchos hermanos podemos vivir aprisionados espiritualmente en la carne, siguiendo sus apetitos, como  le debiéramos algo. Como que si no la satisfacen se van a morir. Aquí hay un problema.

 

Cuando obedecen a su interior al espíritu, se sienten muy espirituales, pero cuando obedecen a la carne se sienten como caídos.

¿Quién no ha experimentado esta sensación cuando come con ansiedad y en exceso? Estás muy pesado, ya no quieres saber nada de las cosas espirituales, ni quieres, ni puedes, la carne te llevó por sus caminos.

 

Entonces veamos la secuencia:

 

Verso 10. El cuerpo muerto

Verso 11. El cuerpo vive por el Espíritu

Verso 12. “así pues no le debes nada a la

carne sino al Espíritu”

 

En español, tenías un cuerpo que te llevaba al pecado y a la muerte, fue dado vida por el Espíritu Santo, y ¿A quién debes satisfacción? ¿Al cuerpo de muerte, o al Espíritu que le dio vida?

 

Oiga esto está más claro que el agua, debo de escuchar la vida para mi cuerpo que emana de mi espíritu.

 

La fuerza que viene de tu propia carne cultivada para si misma no es la que vale, la fuerza que viene del Espíritu hacia tu carne, esta es la que vale.

 

 

Oiga el cuerpo está vivo a causa del poder del Espíritu Santo, no tenemos más porqué dejarnos dominar por el, pongámonos de acuerdo con Dios y cumplamos su voluntad en nuestro cuerpo también, ya no le debemos nada a este cuerpo.

 

Pero algunos piensan que debemos de suplir las necesidades legítimas de la carne, pero Pablo dice que no le debemos nada y no debemos de cumplir sus demandas, claro está que debemos de dormir, alimentarnos, vestirnos, pero dice esto no debe de ser tu centro, porque no le debes nada, estos no deben de ser tus principales objetivos de tu vida. ¿Porqué te preocupas por el vestir, por el comer, si tu padre Celestial sabe que tienes necesidad de todas estas cosas? Hay cosas más importantes.

 

Algunas veces debemos de someter nuestros cuerpos a situaciones especiales y el Espíritu nos da la fortaleza para hacerlo, como cuando estamos en el servicio y tenemos que correr una milla extra.

 

Veamos el ejemplo, con los discípulos de Jesús que no lo acompañaron a orar en el huerto de Getsemaní, El si sometió su cuerpo con al ayuda del Espíritu Santo.

 

Terminemos viendo el último versículo el verso 13, de romanos 8.

 

Romanos 8:13

 

Porque si ustedes viven conforme a ella,  morirán;  pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo,  vivirán.

 

Si vivimos conforme a la carne, vamos a morir, porque en ella mora el pecado y este produce muerte, debemos de dar muerte dice a los malos hábitos de la carne, para poder vivir.

 

Veamos solo un ejemplo, la gula, es un pecado, otro de aquellos que a veces los obviamos, lo que yo llamo “pecados evangélicos”, si nos sometemos a este pecado que está en la carne ciertamente traeremos problemas de salud y acortaremos nuestra vida en la tierra.

 

Si nos sometemos al alcohol o al tabaco, ciertamente acortaremos nuestra vida en la tierra.

 

Entonces: ¿Qué hay que hacer para vivir, una vida en el cuerpo mortal?.

 

Dejar que el Espíritu mate las obras de la carne.

 

Usted cree que puede usar su cuerpo para las cosas que usted quiere hacer y cuando es más joven abusa de esto, y cuando se siente enfermo ora para que el Espíritu Santo lo ayude en la enfermedad.

 

Esto es una locura, es otra vez pensar en un Dios que está listo para ayudarme en todas mis desobediencias.

 

¿Señor sáname del colesterol?

 

El Señor te sana y entonces te vas a comer un plato lleno de grasa en la esquina de tu casa, irresponsablemente  estás usando la libertad en Cristo para tus deleites y placeres.

 

¿Tú crees que El Espíritu Santo te va a sanar para que vivas la vida independiente de Dios? No. permitirá cierto grado de sufrimiento para que te hagas dependiente de El, y puedas cumplir tu plan en la tierra.

 

El fin de esta historia es como todo lo que hemos estado viendo en la escuela del espíritu, nosotros no podemos controlar nuestro cuerpo en su totalidad, pero si lo podemos hacer por el poder der Espíritu Santo, para todo esto es que Dios nos dio el Espíritu Santo, para poder vivir la libertad con  que Cristo nos hizo libres.

 

Si no has podido hasta ahora vencer a la carne, acude al Espíritu Santo  que ya mora dentro de ti y podrás tener una vida diferente y glorificar a Dios con tu cuerpo.

 

Tu y yo no nos podemos crucificar a nosotros mismos,

 

Esto no tiene que ser una enseñanza esto debe de ser una realidad, “cuando Cristo murió, nosotros también morimos, ya somos nuevos, vivamos como este hombre nuevo, en cuerpo, alma y espíritu.

 

Terminemos con esta declaración bien fuerte que debes atesorarla en tu corazón.

 

“La cruz sin el Espíritu Santo, es inefectiva”

 

Si tomamos lo que sucedió en la cruz, pero no permitimos que El Espíritu Santo nos haga experimentar sus beneficios, es como solo saber la teoría pero sacar cero en el examen.