Capítulo 8. La renovación de la mente, y el encuentro con la paz
Existe una tendencia en las personas que buscan la vida en el Espíritu, de considerar a la mente como de poca utilidad, por eso queremos examinar en este capítulo que la mente es una excelente colaboradora de las cosas del espíritu y que si fue creada por Dios, evidentemente es importante. Dios no ha creado nada sin un propósito.
Pero para que la mente colabore con la vida en el Espíritu, debe de ser renovada, renovarse significa liberarse de varias actividades pasadas, convertirse en una mente más aguda y precisa.
Si la mente está renovada, se producen varias cosas:
1.- Tiene una perspectiva más abierta.
2.- Se concentra mejor sin esfuerzo.
3.- Es más receptiva de lo que sucede alrededor.
4.- Hay muchas cosas que la molestaban que ya se quedan en el pasado por inservibles y que producían distracción.
5.- Capta el pensamiento de otros con mayor facilidad.
La mente renovada, puede recibir el conocimiento espiritual de una manera más abierta, librado de las limitaciones del mundo natural. Los perjuicios anteriores son dejados a un lado, las cosas que tenía como preconcebidas, los patrones, se anulan, debemos oponernos a nuestras maneras antiguas de pensar que se oponen a la vida en el Espíritu, estas son artimañas del diablo, para detenernos de avanzar a la plenitud.
Por eso tenemos que vigilar el estado de nuestra mente, no podemos dejarla gobernar abiertamente, porque podemos tener la luz y andar como la gente que anda en oscuridad. La mente es como un potro salvaje que hay que domarlo.
Veamos cómo funciona la vida en el Espíritu.
1.- El Espíritu Santo le da revelación a nuestro espíritu de la voluntad de Dios.
2.- Por medio de la mente el hijo comprende el significado de esta revelación.
3.- Con su voluntad activa su cuerpo para cumplir esta voluntad de Dios.
O sea el espíritu y la mente trabajan en forma muy coordinada.
Veamos varios versículos en Efesios 1:2
“Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz.”
Este era el deseo de Pablo, gracia y Paz, “tremendo regalo” que tenemos de Dios.
Gracia es un favor que El nos da, un regalo sin merecerlo, sin ningún trabajo, y paz (shalo) de donde viene la palabra hebrea shalom, esto es el deseo del apóstol Pablo para los hijos de Dios: gracia y paz.
El deseo primordial de Dios para sus hijos es shalom: paz, y esta se recibe por gracia, gratis solo con la revelación y ya.
Hoy lo primero que está en la mente de los cristianos es que Dios te conceda prosperidad, y creen que a través de esta provisión tendrás paz y serás más feliz, pero esto es un error, la provisión económica es una añadidura, la verdadera felicidad se llama PAZ y esta no se consigue con dinero, sino con la revelación de lo que ya tenemos en Jesucristo, con dinero o sin dinero. Teniendo a Jesucristo ya tienes todo lo que necesitas para tener paz, es más, la paz no depende de no tener problemas, la paz depende de la revelación de Jesucristo, recuerde que Jesucristo dijo: “En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo”
Nosotros necesitamos paz y felicidad y esto es lo que heredamos de Jesucristo, solo por gracia.
Pero sigamos con nuestro tema sobre las leyes de la mente, por lo cual entramos en Efesios.
Efesios 1:7 -8
“En él tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, conforme a las riquezas de la gracia, que Dios nos dio en abundancia con toda sabiduría y entendimiento.”
No se trata de algo que vamos a tener sino de algo que ya tenemos en Jesucristo, fíjese dice que mediante la sangre de Cristo, ya le dio, perdón de los pecados por las riquezas de su gracia, además de sabiduría y entendimiento.
Pero la pregunta es: si ya nos dio las riquezas de su gracia, como: paz, sabiduría y entendimiento, ¿Por qué no la tenemos? Porque no vivimos una vida espiritual y nuestra mente nos engaña y vive otra realidad.
Pero además esta sabiduría recibida se pierde cuando no servimos y queremos usarla solo para nuestro propio beneficio, Dios no nos da nada para satisfacer nuestros deseos egoístas, sino para construir el Reino, un mundo mejor en medio de una generación perversa.
Efesios 1:13 – 14
“En él también ustedes, cuando oyeron el mensaje de la verdad, el evangelio que les trajo la salvación, y lo creyeron, fueron marcados con el sello que es el Espíritu Santo prometido. Éste garantiza nuestra herencia hasta que llegue la redención final del pueblo adquirido por Dios, para alabanza de su gloria.
¿Cuál es entonces la garantía para estos hijos? El sello del Espíritu Santo. En otras palabras no era el mucho conocimiento de los libros que contenían la palabra para escudriñarla, no, porque no habían en esa época, estos creyentes poderosos que establecieron la iglesia en medio de la persecución, se apropiaron de la paz, por la garantía del Espíritu Santo.
Esto no nos excluye de leer la palabra de Dios, porque en ella encontramos revelación, pero primero le pedimos al Espíritu Santo que la ilumine a nuestro espíritu y por supuesto que nuestra mente entienda la revelación, no anulamos la mente, pero no la tomamos como el inicio de todas las cosas, el inicio está en la revelación espiritual, no mental.
La Biblia se lee con un espíritu abierto y no con una mente abierta y no con un espíritu cerrado, para buscar que se adapte a mi manera de pensar. Así leían la palabra los fariseos, y fracasaron.
No escuche al que enseñe que hay que llenarse del conocimiento intelectual de la palabra, aunque le demuestre mucho conocimiento y sabiduría humana, vea y observe si hay jactancia y orgullo dentro de estas personas, si tienen paz; a veces solo es jactancia de un conocimiento, que ni siquiera han practicado en su vida diaria; si usted sigue a estas personas, usted se va a detener de avanzar en el Espíritu.
Pero sigamos con el espíritu y dejemos estos intelectualismos griegos.
Efesios 1:17 – 18
“Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, les dé el espíritu de sabiduría y de revelación, para que lo conozcan mejor.
Pido también que les sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos.”
Ojo aquí, primero dice “espíritu de sabiduría y revelación” no dice sabiduría y revelación mental, sino espíritu de sabiduría y revelación, para conocerlo mejor, a Dios no se lo conoce mejor por mas estudio, sino por el espíritu, lo que recibimos al estudiar es entendimiento de su Reino, que no se puede aplicar a la vida ni a la enseñanza a otros sin el espíritu de sabiduría y revelación, si usted no lo tiene revelado, sólo lo que puede dar es un conocimiento humano, lógico y comprensible, pero no una vivencia que recibió en su espíritu.
Pero “espíritu” con minúscula o sea el espíritu del hombre, y es “por gracia” sabiduría y revelación, en otras palabras, es Dios hablando a su espíritu, esto se recibe por la “intuición”, no por el análisis formal.
¿Por qué Pablo pide esto para los cristianos? dice que es para conocerlo mejor.
Pero luego hay otro pedido:
“Que les sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza os ha llamado.”
En otras palabras la razón de recibir este espíritu, es para conocer mejor a Dios y entonces sea iluminado nuestro corazón para ahora si con la mente, entendamos. es un proceso del espíritu a la mente.
¿Qué hay que entender?, la herencia y la esperanza, pero luego que la revelación se asentó en tu espíritu, entonces ya no hay sombra de dudas
¿Sabe cuál herencia?
Que mientras viva estaré bien y cuando el venga, estaré mejor porque voy a reinar con El.
Pero el hombre espiritual también debe de ser iluminado en su mente, porque si no no hay esta conexión de espíritu y mente, no hay resultado efectivo.
¿Cómo se va a manifestar en lo externo sino se entiende en la mente?
¿Pero cómo debe de estar esta mente para entender la revelación?
Enfocada tranquila, si está sumamente agitada, su espíritu recibirá todas las impresiones que quiera, pero a causa de tener una mente muy agitada no recibirá la información y se perderá de manifestarse.
Entonces para entender la voluntad de Dios se requiere la colaboración de las dos: espíritu y mente.
Sigamos: esta operación ocurre en un instante, aunque después usted la quiera poner en un papel y desarrollarla.
Pero se conoce por intuición y se desarrolla en la potencia de la mente.
O sea deberemos impedir como ejercicio que la mente sea el aparato primario en nuestro actuar, debe de ser primero el espíritu, pero no puedes anularla, pues ella necesita comprender esa voluntad.
El cristiano carnal, sigue la mente primero, el espiritual sigue primero al espíritu pero permite que la mente lo entienda también.
Escuche esto, que es muy importante para que funcionemos para Dios:
Si la mente del hombre ocupa el primer lugar y está constantemente agitada, no podrá manifestar adecuadamente lo que el Espíritu Santo le dice a su espíritu, y El Espíritu santo no quiere tan solo estar dentro de ti, y que tu conozcas esto. El quiere manifestarse a otros y usarte a ti, pero si tu mente está bloqueada por fortalezas y patrones de pensamientos no serás el vehículo adecuado para manifestarse.
Para preparar esta palabra que les estoy compartiendo, primero vino una impresión a mi espíritu, que luego es escudriñada en la palabra y entendida con la mente, para poder explicarla. No se olvide que yo también soy alumno en aprendizaje.
Pero lo que estamos viendo en estas clases es que si yo quiero moverme más espiritualmente y ser más efectivo para Dios, debo de entender los peligros de andar en la carne.
Pablo lo describe magistralmente en
Romanos 8: 5 y 6
“Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.
Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.
Más vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.
Lo que dice Pablo es que el hijo de Dios que realmente tiene el Espíritu Santo, ya no desea vivir según la carne, o sea gobernado por una mente confusa y que tome el timón de su vida, el creyente que tiene el Espíritu Santo y busca vivir por el espíritu, ya no vive según sus propios razonamientos le indican, sino por entender lo que Dios le rebela a su espíritu.
“Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu”
Entonces el que no conoce a Dios por el Espíritu Santo, no quiere y se opone a las cosas del espíritu, quiere seguir viviendo por lo que su mente dicta, su buen juicio es su director.
Pero el que conoce a Dios quiere vivir según lo que dicta el Espíritu, y luego procesarlo con la mente, tiene una mente sosegada, cuando esta quiere tomar la iniciativa y se comienza a gritar, la calla y espera en Dios.
Los que son del Espíritu “piensan” en las cosas del Espíritu, o sea utilizan su mente para comprender las cosas del Espíritu. Es el Espíritu rigiendo su mente. Están más ocupados buscando del hombre interior, y su mente está buscando las cosas del espíritu, y esto no excluye el trabajar, porque tu eres un espíritu encarnado, y en todo actúa el espíritu.
Pero fíjese otra vez:
“Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.
En otras palabras, el hombre decide en que pone su mente, en la carne o en el espíritu.
¿En qué pones tu mente? En las cosas de la carne o en las cosas del espíritu y del hombre interior.
O sea el alma está en la mitad, y se puede ocupar o en la carne o en el espíritu. Puede mirar para adentro o para afuera.
Entonces esto es más sencillo, preguntemos ¿cómo hemos vivido? Mirando primeramente para adentro o para afuera, en qué ocupamos nuestra mente, esta repuesta nos va a llevar a crecer en El Señor.
No te olvides, lo que está en tu mente es lo que te guía. ¡Qué te guía? el exterior o el interior.
¿Cuál es tu experiencia diaria?, donde pones tu mente eso es lo que sigues. El seguir el espíritu produce vida y paz, pero el seguir la carne produce muerte.